Javier Castrilli está inquieto. El exjefe de la comisión de árbitros, quien fuese cesado tras los polémicos audios de Francisco Gilabert, en los que acusaba haber recibido presión en el duelo por la Promoción, hechos que finalmente fueron desestimados por el oficial de cumplimiento, analiza cada paso antes de tomar una decisión. Sus abogados, tanto penalistas, laborales y civiles, le preparan cada carpeta para iniciar las acciones legales que determine ejecutar.
Pero Castrilli mira de reojo el futuro. Mide cada palabra, cada paso que da. No descarta la opción de volver al puesto que ocupó hasta el 5 de abril, el día que fue despedido. Por eso mismo, ha frenado entrevistas y acciones judiciales por despido injustificado, entre otras cosas. Antes de cualquier determinación, el exjuez FIFA quiere saber realmente cuál será su escenario de aquí en adelante respecto a su relación con la ANFP.
En su intención de aclarar dudas, Javier Castrilli se reunió con Pablo Milad. El transandino organizó una cita que se llevó adelante el viernes de la semana pasada, en un café de la zona oriente de Santiago. El Deportivo, a través de diferentes fuentes, confirmó la reunión en las que ambas partes compartieron sus sensaciones respecto a los últimos hechos que se fueron desarrollando tras el informe que entregó el oficial de cumplimiento, Miguel Ángel Valdés.
Castrilli manifestó su intención de regresar a Quilín. Busca continuar con el proyecto que el mismo Pablo Milad le pidió en su arribo, en 2021, que apuntaba a reformular el arbitraje chileno. Sin embargo, para que esto llegase a ocurrir, el argentino puso una serie de condiciones para concretar su vuelta. El petitorio, que ya había sido adelantado por El Deportivo, apunta a que su contrato se extienda por cuatro años, que se desvinculen a los 14 jueces que dio de baja por rendimiento y que su retorno se concrete junto a los dos exmiembros que lo acompañaron desde que arribó a Chile y que también fueron cesados a principios de abril: Braulio Arenas Osvaldo Talamilla.
Además, el argentino sumaría a esa lista de despidos a Francisco Gilabert y Cristian Droguett, dos árbitros que no estaban en el listado pero que sí participaron directamente en el complot en su contra. También quiere fuera a Julio Bascuñan, uno de los que apunta como parte de la revuelta que se generó en su contra. Exige que todo este proceso se lleve adelante en un consejo de presidentes, para que esta última instancia lo ratifique y le entregue el respaldo necesario para trabajar con tranquilidad de cara al futuro.
Pablo Milad escuchó con atención cada petición de Javier Castrilli. El presidente no le aseguró su retorno a Quilín pues asume que no es una decisión que solo deba pasar por sus manos. La idea de un eventual retorno del expresidente de la comisión, en la que además debe darse junto al petitorio realizado por el cesado juez, debe ser primeramente aprobados por el directorio. De momento, existe división respecto a una vuelta del transandino. Algunos creen que su arribo podría volver a quebrar a los árbitros y generar una revuelta que solo traería problemas. Cabe recordar, que el día que los jueces decidieron irse a paro, los ejecutivos de TNT le hicieron saber a la sede de Quilín que no tolerarían otro paro de la actividad.
En caso que el directorio aprobase la idea del retorno de Castrilli, ahí recién la idea sería trasladada al consejo de presidentes, en una cita que debería fijarse para mediados de mayo. De momento, Castrilli y sus peticiones, que hoy solo están en una carpeta de Pablo Milad, deberán seguir esperando. El directorio de la ANFP, y quizás el consejo de presidentes, tendrá la última palabra.