Universidad de Chile fue una mezcla de cosas buenas y malas ante Huachipato. El equipo de Rafael Dudamel empezó mejor que su rival. Tenía el control de la pelota y del mediocampo. Por la izquierda, Jean Beausejour hacía daño cada vez que subía, mientras que Pablo Aránguiz y Walter Montillo eran un problema para la defensa acerera.

La Ardilla abrió la cuenta con un derechazo desde fuera del área. Tuvo suerte, porque su remate se desvió en Ignacio Tapia, lo que descolocó al arquero Gabriel Castellón. Hasta ahí, merecido.

Sin embargo, el conjunto de Gustavo Florentín hizo recordar los peores momentos de la U de Hernán Caputto. Adelantó las líneas, fue arriba en búsqueda del del empate y le quitó el balón a los azules, que se replegaron tras el gol inicial y sacaron el pie del acelerador, tal como lo hacían con el entrenador anterior tras ponerse en ventaja.

Walter Mazzantti aprovechó la feble marca de Aránguiz y en una buena jugada habilitó a César Valenzuela, que recibió solo entre los centrales estudiantiles para batir el pórtico local.

Los pupilos del venezolano ni siquiera se reponían del empate cuando vino el grueso error del meta Fernando de Paul, quien perdió el control de la pelota en el aire, mientras cortaba un centro inocente. El paraguayo Cris Martínez aprovechó el fallo y puso la sorpresa en el Estadio Nacional.

La solidez defensiva que tanto se le había elogiado a la U, ante Audax Italiano y La Serena, parecía fundirse ante los acereros. Y aunque reclamaron falta del delantero siderúrgico, el gol fue completamente legítimo.

Con el marcador 1-2 abajo, el cuadro universitario se desdibujó. Dudamel le gritaba a Osvaldo González que saliera, que avanzara, y le pedía al equipo tocar más rápido, acelerar el juego.

Sin embargo, si no es por Montillo o Aránguiz esta U muestra muy poco. Solo cuando el balón pasa por uno de ellos dos el juego azul tiene claridad. Así llegó la igualdad. El volante formado en Unión Española abrió para Matías Rodríguez, quien centró para Joaquín Larrivey. El argentino aprovechó la débil intervención de Castellón para meter el pie y decretar el 2-2 cerca del final de la primera parte.

La segunda fracción tuvo menos acción, sobre todo, tras la temprana sustitución de Montillo, quien salió con una bolsa de hielo. De igual forma, Larrivey y Fernando Cornejo desperdiciaron inmejorables opciones frente al arco siderúrgico, que bien pudieron significar los tres puntos y escalar en la tabla.

Mientras Dudamel apostaba a cuidar a sus figuras para el clásico del miércoles ante el líder y actual bicampeón Universidad Católica, ya que también sacó a Aránguiz y a Larrivey, los acereros hicieron lo propio con Mazzantti, Valenzuela y Juan Sánchez Sotelo, con lo que perdieron mucho en ofensiva.

En todo caso, la responsabilidad era de la U. Y aunque hizo merecimientos en el segundo tiempo para llevarse el triunfo, fue incapaz de concretar. Por ahora, el equipo de Dudamel sigue sin convencer.