Eduardo Carlezzo no se da por vencido. El abogado brasileño aún intenta digerir los argumentos que llevaron al Comité Disciplinario de la FIFA a rechazar la demanda que interpuso la federación chilena contra la ecuatoriana por la inclusión irregular de Byron Castillo en las últimas Eliminatorias. El texto le da vueltas y vueltas por la cabeza. La revisión es natural, pues de esas conclusiones depende la contraofensiva que realizará en la Cámara de Apelaciones, el tribunal de segunda instancia del organismo que rige al fútbol mundial. Como en el fútbol, el abogado brasileño planea estrategias para ganar el caso, aún sabiendo que la controversia se definirá en el TAS, el máximo tribunal de arbitraje deportivo. Y siguiendo esa analogía, muy propia para la disputa, por lo demás, no pierde la convicción de dar con la clave para allanar una victoria decisiva. Esa disposición coincide con la que manifestó Pablo Milad, el timonel del fútbol chileno, quien sostuvo que el partido aún no ha finalizado. “La sensación personal es como que vamos en un primer tiempo de un partido y vamos perdiendo 1-0. Pero queda todo el segundo tiempo”, comparó el dirigente ese viernes 10 de junio.
Carlezzo prepara una última jugada. Probablemente, a la que le atribuye el valor más significativo. Está férreamente convencido de varias cosas. La primera, y fundamental, es que Ecuador entró en falta al utilizar a Castillo. La segunda, y más radical aún, que Byron Castillo es colombiano y que, por ende, nunca debió ser validado como defensor de la selección del Guayas. Y la tercera, que en el proceso quedan diligencias por realizar, que podrían contribuir decisivamente a un vuelco en la resolución.
Al banquillo
El representante de los intereses de Chile quiere llevar a Castillo al banquillo de los acusados. Ya maneja un antecedente importante: la fragilidad que mostró el ahora defensor del León de México en los momentos más álgidos de la controversia, antes de que se conociera el dictamen. En un partido del Barcelona de Guayaquil, su ex club, el carrilero sencillamente se quebró durante un partido y lo abandonó entre lágrimas. Esa vez, Carlezzo reaccionó fuertemente contra el futbolista. “La mentira tiene una vida corta y cobra una cuenta pesada en el futuro”, declaró. “Byron tiene que salir a hablar la verdad. Hoy se arriesga a tomar una expulsión del fútbol profesional, pero todavía hay tiempo para hablar la verdad y incluso escapar de una pesada sanción. Estoy seguro de que FIFA recibiría la cooperación del jugador de la mejor forma posible”, añadió. En esa línea, ahora se propone poner al carrilero frente al tribunal y rebatir ahí, de cara a los jueces la veracidad de la información que tanto él como Ecuador pusieron a disposición.
El punto 3 de las peticiones que la federación chilena le formuló a la FIFA en la demanda original da cuenta de la intención. “Programar urgentemente una audiencia presencial, como es preferible, en Zúrich en la sede de la FIFA, o por teleconferencia, para que las partes (ANFP, FEF y el Jugador) presenten sus argumentos, y especialmente, para escuchar las explicaciones del Jugador sobre las acusaciones”, consigna ese acápite de la lista de solicitudes, que considera, por cierto, varias diligencias más.
El plan es claro. Se proyecta que, sometido a una presión extrema, como verse enfrentado a un panel de abogados expertos en la materia que lo tiene envuelto en la controversia, Castillo puede entrar en contradicciones que resultarían claves para un dictamen que vaya en la línea contraria del original. Y, en lo fundamental, en que a partir de ellas, el panel puede formarse convicciones distintas que las que inspiraron la resolución de los jueces que entregaron el primer fallo.
Es posible, pero complejo
Desde el punto de vista procesal, la opción es posible, pero compleja. “Las partes lo pueden solicitar y a partir de esa solicitud la Cámara de Apelaciones podría decretar una audiencia”, explica el abogado Alex Klotz, quien formó parte del equipo legal de la FIFA y conoce profundamente cada uno de sus procedimientos.
Sin embargo, Klotz advierte que la gestión es mucho más que un mero trámite. “Respecto de la solicitud de audiencia, esta tiene que ser bien fundamentada y queda a discreción de la Comisión decretarla si es que lo considera oportuno”, sostiene, estableciendo un grado de mesura respecto de las aspiraciones.
En ese contexto, sostiene que las posibilidades de éxito para la petición son acotadas. “En cuanto a las posibilidades depende de las circunstancias de cada caso. En este caso creo que es poco probable”, manifiesta.