Los caballos llegan primero: dos meses después, volvieron las carreras
La hípica, la última actividad en suspender por el coronavirus, fue la primera en estar de vuelta, con una jornada de ocho horas en el Valparaíso Sporting de Viña del Mar.
Cual campana del colegio, la alarma avisa que la pausa está por terminar. Los jinetes, ya montados sobre sus caballos, formados ante las gateras e irreconocibles tras las mascarillas, disimulan sus ansias por correr. Están a instantes de finalizar dos meses de inactividad. La hípica, el último deporte en Chile que cerró por el coronavirus, era la primera en volver.
En la tarde de hoy, jueves, se llevó a cabo el reencuentro, con 15 carreras en el Valparaíso Sporting de Viña del Mar. Hubo estrictas medidas de seguridad y cambios en el sistema de apuestas, pues con todos los locales de la cadena Teletrak cerrados, la manera de hacerlo fue por internet y teléfono. Eso sí, la alta demanda colapsó por momentos las líneas.
Aunque la alegría era mayoritaria en el Sporting, también había extrañeza. Fue una jornada distinta, como en las últimas antes de suspender, con el recinto cerrado al público y un protocolo que impidió que hubiera más de 50 personas. Las miles que antes llegaban se redujeron a lo esencial, a nada más que los jockeys, los caballos y el equipo de preparación que hay detrás de ellos. Corrieron con galerías vacías.
En el recinto también hubo modificaciones. Si antes las salas de jinetes eran pequeñas, ahora la necesidad de crear espacios de distancia social triplicó su tamaño. Todo se adaptó según las recomendaciones sanitarias. Incluso disminuyendo el número de secretarios que ayudan con los implementos a los jockeys, con solo cuatro designados colaborando a todos.
No es que la hípica sea inmune al coronavirus, sino que la necesidad de los protagonistas de generar recursos en medio de la pandemia pidió que se volviera a disputar. Eso, más la resolución del Ministerio de Salud sobre el “levantamiento de la prohibición para la celebración de eventos deportivos profesionales o aficionados”. Viña del Mar, al no estar en cuarentena, pudo albergar la cita.
Durante el tiempo de paralización, los protagonistas no percibieron sueldos, pues sus ganancias se basan en lo que logran durante las jornadas de carreras y de ahí reparten entre sus colaboradores, como los secretarios. Todos forman un equipo que se beneficia de las corridas.
Diego Barros es secretario del jinete Pedro Robles, quien en la jornada del jueves disputó una carrera en Viña del Mar. “Si bien estamos inmersos en la actividad, no somos regulados. Somos empleados de los jinetes. Nos preocupamos de sus implementos para correr y conseguirle las montas el día de la carrera”, explica. Las ganancias de Barros van relacionadas con las de Robles, quienes para subsistir tienen como única fuente de ingreso lo conseguido en las carreras.
Lo mismo con los preparadores de caballos, quienes continúan trabajando diariamente para mantener a los ejemplares, aún cuando no había carreras. John Pinochet lleva años cumpliendo esa función y le alegra el retorno de la actividad. “Que haya partido el Sporting es un gran paso y esperamos que de pronto se pudiera correr en Santiago, sería lo ideal”, señala.
En el caso de Santiago, los trabajadores siguen acudiendo diariamente al Club Hípico y al Hipódromo, debido a la necesidad de los caballos. “Hay que mantenerlos en buena forma para que no pierdan su entrenamiento. Cuando paran, cuesta que vuelvan a su forma. Se están moviendo todos los días”, cuenta John.
“Me he levantado los 60 días sin carrera para ir temprano al corral, con salvoconducto y mascarilla”, añade el preparador. La rutina semanal de los equinos consiste en seguir ritmos normales de galope y haciendo aprontes al menos una vez.
La cita en Viña del Mar fue una buena noticia para la actividad hípica. Por lo mismo, la esperanza de reabrir también se traslada a Concepción y a la capital, donde están los otros tres recintos que albergan la competencia. En el caso de la ciudad del Biobío, esperan retomar en los últimos días de mayo o bien, en los primeros de junio.
Un caso más complicado es el de los recintos de Santiago, donde la cuarentena obligatoria recién está comenzado. “Tanto el Hipódromo como el Club Hípico estamos imposibilitados de comenzar las carreras”, explica Alex Jiménez, gerente comercial del Hipódromo Chile, situado en la comuna de Independencia, al tiempo que indica que se están tomando todas las medidas sanitarias.
Comenta
Por favor, inicia sesión en La Tercera para acceder a los comentarios.