Que la televisión es, a estas alturas, el principal soporte económico del fútbol chileno, a estas alturas, no es ningún misterio. La venta de los derechos de transmisión constituye, en efecto, una fracción importante del presupuesto anual de las instituciones. El porcentaje dependerá de la magnitud del club y, por cierto, de su nivel de gastos, aunque se estima que bordea el 40 por ciento.
Lo concreto es que los últimos estados financieros de la ANFP, junto con dejar en claro la delicada realidad económica de la corporación que rige al fútbol chileno, también exponen los millonarios ingresos que perciben los clubes que animan sus dos principales competencias: la Primera División y la Primera B. En el último ejercicio, el de 2022, se repartieron $ 70 mil 588 millones. La cifra es superior en $ 6.700 millones al anterior. Vale decir, casi en un 10 por ciento.
¿Cómo se reparte?
La repartición no es igualitaria, aunque la hoja de ruta establece que lo será al fin de la relación contractual, en un principio que apunta al desarrollo de la competencia en condiciones diametralmente distintas a las que operan hoy, considerando las grandes diferencias que existen. En la actualidad, los clubes de mayor convocatoria son los más favorecidos. De hecho, entre ellos hay diferencias notorias. En términos absolutos, el 25% de esos ingresos se dividen entre Colo Colo, la U y la UC. Los albos son los más favorecidos, con el 9,5%. Los azules se llevan el 8,6% y los cruzados, el 6,9%.
El resto de las escuadras que compiten en Primera División se reparten igualitariamente el 49% del total. Los que están en Primera B hacen lo mismo con la fracción restante (25,6%).
Para entender la magnitud de la cifra, y su utilidad en las economías de los respectivos clubes, lo más razonables es especificar los montos. El desglose es lo suficientemente elocuente. En 2022, el Cacique percibió poco más de $ 4.740 millones, lo que se traduce en $ 395 millones mensuales. Los laicos, en tanto, se embolsaron $ 4.424 millones. Vale decir, unos 368 millones cada 30 días. Mientras, al club de Las Condes le llegaron $ 3.811 millones, unos $ 317 millones mensuales. El resto de los equipos que compiten en Primera División se ubican a una distancia considerable, aunque el número no deja de ser llamativo: recaudaron $ 2.913 millones ($ 242 millones mensuales). Los del Ascenso sumaron $ 1.233 millones ($ 102 millones mensuales).
Las razones de la diferencia
En el inicio de la relación, la explicación de las notables diferencias radicaba, además de la popularidad de los clubes que reciben las mayores cantidades, en que todos sus partidos eran emitidos. La compensación obedecía, en alguna medida, a los ingresos que dejarían de percibir en sus duelos como locales. En otro sentido, a la decisión se le atribuye en gran medida la distancia competitiva entre los que reciben más respecto de los menos favorecidos.
La justificación incial se acabó con el tiempo: hoy, en la práctica, TNT Sports, la cadena que detenta los derechos, emite todos los encuentros de la categoría principal en vivo por su señal televisiva. En la B se transmiten cuatro por las señales TNT Sports y otros dos por Estadio TNT Sports, la plataforma de streaming de la compañía.
Sin embargo, entre los timoneles del resto de los clubes existen sensaciones encontradas. En alguna medida, porque entienden que la presencia de los clubes grandes es clave para negociar un contrato más oneroso. Pero, en otro sentido, asumen que ahí radican las diferencias. “En el fondo, más que mi opinión, es parte del negocio. Se hizo así. Los clubes estuvieron de acuerdo. No es de ahora. Venía así y hubo que adaptarse. Obvio que cuando hay diferencias de plata, la disponibilidad para fichar jugadores o los sueldos no son los mismos. Hay clubes con los que no se puede competir”, sostiene Luis Galdames, presidente de Copiapó. “La igualdad en ninguna parte existe y que estén todos de acuerdo, menos. Hay que seguir luchando con la diferencia. No es de ahora. Estamos tan acostumbrados que uno ya no se fija en eso y hay que buscar alternativas”, amplía.
Otro presidente, que prefiere la reserva de identidad, establece una comparación. “Es lo que pasa en todo el mundo. En España, el Real Madrid y el Barcelona perciben más que el resto. Igualmente, uno tiende a pensar que una mayor igualdad favorecería la competencia. Los clubes grandes viajan en avión, alojan a sus jugadores en buenos hoteles y viajan con delegaciones más grandes. Los chicos, en bus y con menos futbolistas. Y eso se nota a la hora de entrar a la cancha”, sostiene.