Universidad Católica encontró el salto de calidad que tanto buscaba su entrenador Ariel Holan. Los cruzados sacaron a relucir toda su jerarquía para vencer con claridad a Universidad de Chile por 0-3 en el clásico universitario N° 195, disputado este sábado, en el Estadio Nacional, ante casi 25 mil espectadores.
Fue la mejor presentación del tetracampeón del fútbol chileno en toda la temporada, por el nivel mostrado, la solidez defensiva y por el contexto, un clásico, de visita, solo con hinchas locales y ante un equipo que debía jugarse la vida. La UC, muy venida a menos en este 2022, necesitaba una victoria contundente. La consiguió. Y qué mejor que ante un rival tradicional. Lo hizo con buen fútbol y sin recibir goles.
Sin embargo, el gran triunfo del conjunto de la franja, que además marcó la reapertura del coliseo de Ñuñoa, dejó un gol para el recuerdo, no solo por la perfecta definición de Fernando Zampedri al palo derecho de Cristóbal Campos, y que significó el 0-2 parcial para el monarca chileno, sino por toda la concepción de esa jugada, en la que todos los futbolistas cruzados la tocaron, al menos, una vez.
El segundo tiempo acababa de empezar. La Católica se imponía por la cuenta mínima, gracias al impecable zurdazo de César Pinares en el primer tiempo. La U buscaba el empate en el complemento. Un remate muy desviado de Ronnie Fernández le daba la posesión al elenco precordillerano. Y aquí, sin pensarlo siquiera, empezaba también la gestación del segundo tanto de la visita. Una jugada de manual.
Minuto 47 con 40 segundos. Como siempre, el tetracampeón se prepara para salir jugando desde atrás, con el fin de atraer la presión del rival, provocar el adelantamiento de los volantes contrarios y así generar espacios en campo enemigo. Una fórmula característica de la UC y ultra trabajada desde la primera etapa de Ariel Holan en San Carlos de Apoquindo.
Matías Dituro combina con Ignacio Saavedra, quien no sucumbe a la presión de Mauricio Morales y se apoya con Ampuero, quien devuelve para el arquero argentino. Este juega de primera para Luciano Aued, quien se esfuerza para puntear el balón hacia Alfonso Parot, antes de que se la robe Israel Poblete.
El Poncho avanza y se la toca a Fabián Orellana. El Histórico juega hacia atrás con Gary Kagelmacher, quien no se complica y cede el balón a Ampuero. El ex Deportes Antofagasta encuentra a Mauricio Isla por la derecha. El Huaso busca a José Pedro Fuenzalida. No obstante, el Chapita, acorralado por la línea de banda y la marca azul, se la devuelve al oriundo de Buin, quien hace lo propio, pero con Dituro.
Desde que el meta cruzado salió jugando y volvió a recibir la pelota, ya han pasado más de 30 segundos de posesión ininterrumpida de la UC. Y aquí se produce el quiebre, lo que busca Holan, y lo que la U no pudo contrarrestar. El portero transandino, ubicado un metro afuera del área, recibe la pelota con los pies y la detiene; luego observa, encuentra solo a Luciano Aued y se la lanza.
Luli, quien esta vez ya se encuentra en terreno rival, recibe de pecho, con comodidad y sin marca. Se da vuelta y encuentra a Fabián Orellana pegado a la banda izquierda. El ex Audax Italiano se centraliza y la entrega para Saavedra, quien se apoya con Gary Kagelmacher.
Esta vez, el central uruguayo está muy adelantado, casi en la línea del mediocampo. Y aunque trastabilla tras la persecución de Fernández, sale airoso y combina hacia adelante con Orellana. El ex Celta de Vigo, Eibar y Valladolid, entre otros equipos, toca rápidamente con Parot, quien se la devuelve con igual premura.
Aquí ya va un minuto de posesión continua. Prácticamente, toda la U está en campo propio, corriendo de lado a lado, incapaz de robar la pelota. Con algo de espacio, Fabián Orellana da una muestra de su gran visión de juego y precisión con un genial cambio de frente para Isla, quien se cubre el sol con la mano para recibir y tocársela de primera a Pinares, muy bien ubicado en tres cuartos de cancha.
Católica, después de muchos pases ininterrumpidos, ya está en posición de ataque y con el control del balón en el sector derecho, el más fuerte de su sistema, con el que hace más daño. César Pinares, tras recibir del Huaso, se la devuelve, pero el lateral cruzado vuelve a combinar con él. Todo, ante un Mauricio Morales que no sabe para dónde ir, que queda a merced de la peligrosa sociedad de los de la franja, y con un Emmanuel Ojeda que en vez de apoyarlo está a 10 metros, en tierra de nadie.
Esta vez Pinares recibe, gira y ve a Zampedri picar. El peligro es inminente para la U. El volante cruzado habilita de forma magistral al Toro, que define sin demasiado ángulo, pero con el suficiente para anotarle otra vez a los azules, una de sus víctimas predilectas. Minuto 48 con 57 segundos y la pelota está, otra vez, dentro del arco de Campos. Una posesión de manual donde los todos los jugadores cruzados participaron y que terminó en gol.
Un verdadero golazo de los cruzados que retrata, principalmente, dos cosas: la paciencia de la UC de Holan para salir jugando y generarse los espacios; y la pasividad del equipo de Diego López para marcar y recuperar la pelota, incapaz de cortarle los circuitos a un oponente de buen pie como el cuadro de la franja.