Había optimismo en la previa de la reunión de esta tarde entre la Primera División y la Primera B. La cita estaba planificada para darle una solución al conflicto de los ascensos de la Segunda División, situación que desencadenó la huelga de los futbolistas. Sin embargo, después de una acalorada discusión, la propuesta que presentó el presidente de la ANFP, Pablo Milad, no generó el consenso esperado y las posiciones entre ambas categorías se terminaron alejando.
La cita virtual comenzó a las 18.30. Poco a poco, los presidentes y el directorio de Quilín fueron ingresando al Zoom donde empezaría a fraguarse el destino de la actual temporada. El tema a discutir estaba claro: cómo darle un ascenso directo a la Segunda para así terminar con el paro del Sifup e iniciar la temporada en las fechas programadas.
Para eso, la ANFP presentó la siguiente fórmula: que este año descienda un solo club de la B a la Segunda y que el campeón de Segunda ascienda directo a la B. Eso implicaría que en 2022 el torneo de la B tendría dos descensos directos y se jugaría con 17 equipos. La cuota mensual de ese equipo extra, unos 100 millones de pesos, sería financiada prácticamente en partes iguales por los 32 clubes restantes y por la asociación.
Uno de esos descensos afectaría al último de la tabla 2022, mientras que el otro descendido saldría del último lugar de una tabla ponderada entre 2021 y el próximo año.
Hasta ahí todo iba bien. Incluso, varios clubes de la B manifestaron, al comienzo de la reunión, estar dispuestos a un acuerdo en la misma dirección propuesta por Quilín. Sin embargo, hubo un ítem que no cuajaba: los descensos de Primera y los ascensos de la B. Aquel punto terminó echando abajo la idea Milad.
Los clubes de la B reclamaron que en tres años deberían haber bajado seis clubes de Primera, pero que en las últimas dos temporadas solo han bajado tres, y que este año estaba planificado que bajaran dos, más una promoción. O sea, que faltaba medio descenso. Por el contrario, en ese mismo período de tiempo, la B sí cumpliría íntegramente con sus tres descensos a Segunda.
Algo similar ocurría con los ascensos. Al considerar esos tres años (2019, 2020 y 2021), la B calculó que le correspondían seis ascensos, dos por torneo, por lo cual en la próxima temporada debían ascender dos elencos de forma directa y no solo uno, más una promoción.
Sin embargo, la propuesta de la ANFP contemplaba dos descensos y un repechaje de Primera a la B para este año, y solo un ascenso y un repechaje de la B a Primera. O sea, lo mismo que estaba presupuestado antes de los reclamos de la Segunda División. Ahí empezó la discusión y la idea de la asociación comenzó a desmoronarse.
Aquella discordia generó un debate “bastante acalorado”, admiten varios de los presentes consultados por La Tercera. Varios clubes de la B reclamaron que estaban siendo perjudicados en favor de la Primera División y de la Segunda, mientras que los de la máxima categoría también se defendieron. Esto generó un enfrentamiento entre ambas divisiones que fue subiendo de tono. Hasta hubo amenazas de recurrir a tribunales.
En síntesis, la Primera División se mostró de acuerdo con la idea propiciada por el directorio del ente rector, no así la B, que reclama medio ascenso más.
Milad había llamado a los presidentes de la B que habían votado por él para que apoyaran su propuesta. Su lobby iba bien encaminado, pero luego de la discusión entre los clubes las posturas se alejaron y aquellos dispuestos a aceptar la propuesta de la ANFP terminaron desistiendo tras el debate. La reunión terminó cerca de las 21 horas con los ánimos caldeados.
Este viernes será clave. La ANFP convocará este martes a un Consejo de Presidentes para ese día, donde se votará la propuesta que fue presentada este lunes. El timonel necesita 39 de 49 votos para aprobar su moción, lo que después de esta jornada se vislumbra complejo.
Por ahora, el fútbol sigue en paro y la Supercopa entre la UC y Colo Colo, programada para este domingo, corre serio peligro.