Una de las principales fuentes de ingresos de la ANFP es el contrato con Nike. A mediados de 2015, la empresa de indumentaria deportiva y el organismo de Quilín firmaron el acuerdo de equipamiento más suculento en la historia de la Roja: US$ 7 millones por año, hasta el Mundial de Qatar 2022.
Fue el último gran negocio que hizo la administración presidida por Sergio Jadue, apenas unos meses antes de que este se fuera a Estados Unidos a colaborar con el FBI por el FIFAgate, ya confeso de cargos de corrupción. El problema es que el estallido social y la pandemia tienen a la selección chilena inactiva hace casi un año, situación por la que Nike no ha pagado la totalidad de los US$ 7 millones anuales que corresponden a 2020.
Según sostienen conocedores del contrato, la empresa estadounidense debía pagar en agosto la mayor parte de la cuota de este ejercicio, saldando así el total establecido para esta temporada, pero aquello no sucedió, lo que tomó por sorpresa al ente rector del fútbol chileno, que esperaba con ansias esos dineros.
El hecho dejó en una delicada situación a las arcas de la ANFP, pues la pandemia ya privó a la asociación de importantes recursos provenientes de otros auspiciadores. Además de Nike, en Quilín han sufrido el desfase de los pagos de Mediapro, su otro gran socio, que posee los derechos de televisión de la Roja junto con Chilevisión. Todos estos líos le han generado un déficit de US$ 10 millones al organismo que comanda Pablo Milad. Una cifra considerable, sobre todo en tiempos de vacas flacas.
“La verdad es que la pandemia no solo es sanitaria, sino que también es económica y la ANFP no está exenta de los problemas, principalmente con recursos, donde hay sponsors con los que hemos tenido problemas de pago significativos”, advertía el presidente, a principios de septiembre, al mismo tiempo que anunciaba una reestructuración para bajar los costos de funcionamiento de la entidad.
Entre los argumentos que esgrime la firma con sede en Oregon se encuentra el largo tiempo sin jugar que acumula la selección chilena, que además desistió voluntariamente de disputar, en noviembre del año pasado, el amistoso pactado con Perú, en Lima, luego de que algunos jugadores decidieran no viajar al país vecino, según ellos, en apoyo al estallido social. Una determinación que terminó con Reinaldo Rueda casi renunciando a la banca nacional.
Chile no juega desde el 15 de octubre del 2019, cuando venció por 3-2 a Guinea, en Alicante, es decir, hace 11 meses. Más allá de la inactividad causada por la pandemia, lo ocurrido a fines del año pasado molestó a la gigante de la indumentaria deportiva, lamentan en Quilín.
La FIFA, el salvavidas de Milad
Una de las primeras medidas que tomó el ex intendente del Maule fue despedir a varios ejecutivos de la sede del fútbol, entre ellos, el jefe de los árbitros, Enrique Osses; la gerenta comercial, Paulina Agüero; el abogado Luis Varas y la contralora Isabel Díaz. Según ha reiterado el timonel, en la ANFP hay un exceso de gerentes y un alto desembolso en sueldos que tiene que disminuir.
En esa misma línea, la idea de la mesa directiva es dejar de externalizar ciertas actividades de la asociación, justamente, para reducir los costos. Por eso, Milad fichó en los últimos días a la abogada Pilar Maulén como nueva asesora jurídica del organismo. Según apuntan en la casa del fútbol, la intención del curicano es cortar los servicios de los bufetes que asesoran al organismo en distintas áreas.
Sin embargo, estas reducciones no bastan para solventar los gastos de operación que tiene la sede de Quilín, que necesita una inyección de liquidez de forma urgente. Por esta razón, la ANFP gestiona en la misma FIFA un préstamo de US$ 5 millones para poder funcionar con tranquilidad en los próximos meses.
Así lo confirma una circular enviada a los clubes por Juan Parra, gerente general interino, el viernes 11 de septiembre recién pasado, en la que da cuenta de los dineros que ha recibido el ente rector de parte de la Federación Internacional y la Conmebol, y en la que además se hace directa mención a los problemas suscitados en el último tiempo con sus principales socios comerciales.
“Adicionalmente, informar que la ANFP se encuentra gestionando el ‘Préstamo de Apoyo COVID-19’ dispuesto por FIFA para las diferentes Federaciones por US$ 5 Millones, cuyo objetivo es poder cubrir parcialmente los impactos financieros generados en el Flujo del Año 2020, por el ‘Desfase y pago No Integro’ de los compromisos comerciales de los contratos de Chilevisión y Nike, respectivamente, ambos con la Selección Absoluta, monto que supera los US$ 10 Millones”, detalla el escrito, al que tuvo acceso La Tercera.
Es más, el directorio de la asociación ya tiene distribuido cómo gastará esos dineros: el 69% será utilizado para financiar el VAR y los gastos del arbitraje del Campeonato Nacional; el 22% será destinado a la logística de la selección chilena en las Eliminatorias rumbo al Mundial de Qatar 2022; mientras que el 9% restante se usará para cubrir los costos de mantención de los complejos de la ANFP, como las canchas de Quilín, Fernando Riera y Juan Pinto Durán.
A partir de octubre, además, Rueda volverá a recibir la totalidad de su salario, el que ahora se reduce a la mitad. Tal como dijo Milad, la pandemia económica le pegó fuerte a la asociación. Tanto, que las finanzas de la ANFP aún están en cuarentena total.