Sebastián Moreno tiene decidido irse de la ANFP. Incluso, ya tiene definida la fecha en la que dejará su cargo: el 31 de julio será su último día en el edificio de Quilín como el máximo dirigente del fútbol chileno. Sin embargo, antes de partir, quiere garantías. Y en ese contexto le pide a la FIFA y a la Conmebol que supervisen a la corporación que todavía encabeza. La misiva del abogado nace como respuesta a la inquietud que llegó desde Zúrich para saber qué estaba sucediendo en Quilín. Se envió con copia a Conmebol. Desde la casa del fútbol confirman la comunicación, pero aseguran que no es una medida del timonel para quedarse en el puesto.

El expresidente de Cobresal apuesta por una transición vigilada. “Coordinar con FIFA y Conmebol para que actúen como supervisores de este proceso”, es el acápite que incluye en un documento que contiene las acciones a seguir para la transición, al que accedió La Tercera. “Una vez concluido este proceso de normalización, se espera retomar el curso normal de la institución, esperando que la evolución de las condiciones sanitarias permita, asimismo, el pronto retorno a la actividades deportivas”, plantea.

La idea de recurrir a los máximos organismos competentes en relación a la federación chilena ha generado molestia en los clubes, que acusan a Moreno de traicionar un acuerdo ya pactado, que incluye la composición de un nuevo directorio.