En un duro partido, Rafael Nadal (5°) venció en cinco sets por 6-3, 6-4, 4-6, 3-6 y 6-3 a Denis Shapovalov (14°) y clasificó a semifinales del Abierto de Australia. El español tuvo que sortear problemas físicos y la molestia del canadiense, quien lo acusó de recibir un trato preferente.
Tras un brillante comienzo, en el que se quedó rápidamente con la primera manga y donde no tuvo problemas con su servicio, ya que apenas perdió cinco puntos, vino la gran polémica del partido.
El canadiense, que tenía el saque a su favor para iniciar el segundo parcial, reclamó que el manacorí se demoraba demasiado en volver a la pista. Luego de unos minutos, volvió a reclamarle al árbitro brasileño Carlos Bernardes. “Son todos corruptos”, se le escuchó decir.
Fue en ese momento cuando Rafa se le acercó. Ambos conversaron brevemente en la red para solucionar el problema, ante la exclamación del público en el Rod Laver Arena.
Nadal no se distrajo, quebró el servicio, y se puso 2-0 en el marcador global. Parecía que el 20 veces ganador de un Grand Slam tenía encaminado el triunfo, pero no.
El norteamericano repuntó, se llevó el tercero y el cuarto, en medio de los problemas estomacales de Rafa, quien tuvo que ser atendido por los médicos en pleno cuarto set, cuando perdía por 4-1.
Sin embargo, y con el intenso calor de Melbourne como testigo, el español sacó todo su oficio en el quinto y último set y se quedó con una extenuante batalla que duró cuatro horas y siete minutos.
“Recibe un trato preferente”
Tras el partido, Shapovalov acusó a Nadal de recibir trato preferente. “Respeto a Nadal, pero tiene que haber ciertos límites. No solo juegas contra él, también compites contra el juez. Es muy duro y frustrante sobreponerte a todo esto”, se quejó en conferencia de prensa el zurdo de 22 años.
“Claro que recibe trato preferente, se toma mucho tiempo entre puntos y sets, por eso tardamos tanto. ¿Cómo puedes recibir atención médica e ir al baño en el mismo descanso?”, agregó el nacido en Tel Aviv.
Por último, reconoció que se excedió con sus dichos contra el juez en la cancha. “Me equivoqué al decir que son corruptos, pero me quedo con mi versión. Es injusto ver las veces que Rafa se sale con la suya en esto. Por supuesto que le digo algo al juez porque estoy listo para sacar y el reloj se acerca al final”, finalizó Shapovalov.
Rafael Nadal no tardó en responderle y refutar sus dichos, aunque reconoció que se tomó un poco más de tiempo al comienzo del segundo set, pero que está permitido por las reglas, según apuntó. “Sabía que me tomé un poco más de tiempo al final del primer set. Normalmente te dan un poco más de tiempo y me tomé 30 segundos más. Creo que lo necesitaba y el árbitro actuó correctamente. Yo cumplo las reglas. Creo que él se ha equivocado al protestar. Entenderá que necesito cambiarme. Hay una nueva regla, que es el ‘toilet break’. Y yo sigo las normas”, sostuvo.
“No creo tener un trato preferencial, porque en la pista no lo merezco y no lo tengo. No hay ventajas para los grandes jugadores en la pista. No es verdad, porque ahora existe el reloj. Supongo que le cuesta aceptar la derrota y tiene una frustración. Es joven y todos hacemos errores. Entenderá con el tiempo que se ha equivocado con esto”, remató.
Sobre el intenso partido, que se le complicó después de ganar con relativa comodidad los dos primeros sets, el número cinco del ranking ATP afirmó que fue un milagro. “No sé cómo he ganado, ha sido un milagro. He tenido suerte al principio del quinto set. Shapovalov tiene mucho talento, saca muy bien, en especial con el segundo saque”, comentó.
Finalmente, Rafa, quien va por su Gran Slam número 21 para superar a Roger Federer y Novak Djokovic, explicó sus problemas físicos: “Me empecé a sentir cansado y encontrarme mal al final del segundo set. Es increíble estar en semifinales y es un regalo de la vida, porque hace dos meses no sabía si iba a volver a jugar. No me sentía bien del estómago durante el partido y me tomaron la tensión, las constantes vitales y todo estaba bien en mi cuerpo”.
“Ya no tengo 21 años. Me siento bien físicamente a nivel de movilidad, pero las condiciones eran más duras que las dos últimas semanas. Cada juego que ganaba era como una victoria. Ha sido un ejercicio de supervivencia y de resistencia. El partido parecía imposible de ganar. He tenido un golpe de calor en toda regla y se me cerraba la boca del estómago al moverme”, cerró el español, que espera rival entre el italiano Mateo Berrettini y el francés Gael Monfils, verdugo de Christian Garin en tercera ronda.