Ya en 2016 una rodilla le jugó una mala pasada a Matías Fernández. En junio de ese año tuvo que ser intervenido quirúrgicamente de la articulación izquierda, con lo que se perdió la Copa Centenario con Chile y llegó con lo justo al arranque de la pretemporada con Fiorentina. Ahora es la derecha la que lo tiene a mal traer: ahora quedó descartado del estreno de Colo Colo en la Libertadores.

De ahí en adelante, el físico empezó a jugarle una mala pasada por todos los clubes donde estuvo. Esa lesión comenzó a generar otras, generalmente por descompensaciones. Recuperaba una zona y se lastimaba otra.

En Colombia, antes de llegar al Cacique, jugó poco por la misma razón, llegando incluso a irritar a su entrenador Julio Comesaña por las dudas en torno a sus recurrentes ausencias. “¿No habla con la prensa? Qué fácil que es, que hable con la prensa y diga: ‘señores no molesten más al cuerpo técnico porque yo no estoy en condiciones de jugar’”, dijo alguna vez.

Justamente, según señalan en el Monumental, desde tierras cafetaleras llegó descompensado. No por nada no pudo jugar desde octubre de 2019 hasta enero de 2020 y ya fue descartado en el arranque de la temporada por un desbalance muscular de rodillas y ahora por una sobrecarga en la rodilla derecha.

En Macul están extrañados. Dicen que está bien, que todos sus exámenes salen positivos, pero que la descompensación es brutal. Que habían creído ya tenerlo a punto, pero los hechos dicen otra cosa.

De hecho, el ex Villarreal tuvo que hacer siempre trabajos diferenciados. En Pedreros cuentan que, mientras estuvo Mario Salas, Fernández empezaba un poco antes los entrenamientos junto al PF Osvaldo Alegría, pero ni eso dio resultado: suma apenas 106 minutos de 720 posibles.