El Napoli fue campeón de la Copa Italia, luego de vencer a la Juventus en definición a penales. El partido fue a puertas cerradas, pero aquello no impidió que existiera festejo. Las calles de la ciudad del sur de Italia se desataron.
La celebración rompió todas las recomendaciones sanitarias de distancia física y evitar aglomeraciones. Parecía un día común y corriente. Los fanáticos, que no pudieron estar presentes en Roma y obligadamente vieron el partido por televisión, recorrieron en moto los principales puntos de la ciudad y se juntaron a celebrar en las plazas con la camiseta puesta. Cero presencia de mascarillas y cero respeto por el distanciamiento social.
La locura de los hinchas desbordó todas las previsiones. En la estación de Piazza Garibaldi, donde debía llegar el tren con el plantel campeón, se dio cita una multitud ya de madrugada.