El niño Paredes está listo

Esteban Paredes está feliz. Sonríe y tira la talla. El capitán de Colo Colo entrenó normal y está disponible para jugar ante Universidad de Chile. Eso lo tiene contento y motivado. Se le nota. Irradia confianza. Nadie en el Monumental disfruta tanto como él los días previos a un Superclásico. "Me siento como un niño esperando el partido", confiesa el delantero de 38 años.

El Tanque suma 213 goles en Primera División. Está a solo dos tantos de alcanzar la marca de Francisco Valdés. ¿Cuál de todos sus goles es el favorito? "El primero y el último que haga", sostiene, después de pensarlo durante casi 10 segundos.

Una y otra vez repite que lo más importante no es su récord, sino que vencer a la U, el sábado, en el Estadio Nacional. No quiere perderle pisada al campeón y líder Universidad Católica, que juega mañana, ante Antofagasta, en San Carlos de Apoquindo. Si los cruzados ganan, los albos quedarán a siete puntos de distancia, por lo que están obligados a doblegar al archirrival.

"Si hago los goles, bienvenido sea, pero hay que ganar como sea. Estoy bien, hoy me sentí bien. Eso me pone contento y alegre. Obviamente, me gustaría ser titular, ¿a quién no?", agrega el ídolo de Pedreros.

Paredes evita referirse a la suplencia de Johnny Herrera en el arco estudiantil. "De eso no voy a hablar", contesta, secamente, cuando se le consulta por el portero que ya no es titular. Sí tiene palabras para el complejo momento del equipo de Alfredo Arias, último del torneo y en zona de descenso.

"Creo que debemos ser muy inteligentes a la hora de jugar el partido. No importa como llegan los rivales. En los últimos años siempre llega uno encima del otro. Ellos deben ganar para salir del fondo y nosotros para pillar a Católica. Debemos jugar con la desesperación del rival. Pesa también que hace muchos años no nos ganan, ellos dicen que no, pero debe pesar", advierte.

Con la misma determinación que lo caracteriza cuando enfrenta a la U, frena las ilusiones de quienes sueñan con verlo jugar un año más. "Está descartado. Este año me retiro", cierra el Tanque, feliz porque está listo para ser titular ante su víctima predilecta.