Se jugaban los descuentos del primer tiempo entre Boca Juniors y Colo Colo, en La Bombonera. Ambos equipos empataban sin goles. El duelo era parejo. Sin embargo, en la última jugada, parecía que los xeneizes lograrían abrir la cuenta. Centro desde la derecha de Marcelo Weigandt, perfecto pivoteo de Darío Benedetto. La pelota le queda servida a Óscar Romero. El paraguayo define ante la salida del arquero Brayan Cortés, que nada puede hacer para contener el remate. Es gol de Boca... hasta que aparece Alan Saldivia.

El uruguayo de 21 años, que hace sus primeras armas en el Cacique, fue protagonista de un verdadero milagro. Leyó bien la jugada, se lanzó en una corrida cuyo único objetivo era salvar el arco de su equipo. Y lo consiguió, cuando todo el estadio ya gritaba gol. Con la pierna izquierda, el joven defensa central mandó el balón al córner e impidió el desahogo de los 50 mil hinchas que llegaron hasta el reducto xeneize.

Mientras los locales no lo podían creer, el meta albo parecía felicitarlo efusivamente, al mismo tiempo que lo levantaba del suelo, porque venía un tiro de esquina y se había quedado tirado, incrédulo. Una jugada que no resulta tan inesperada, ya que, poco a poco, Saldivia se ha vuelto prenda de garantía para Gustavo Quinteros. El charrúa se ha ganado la confianza de Gustavo Quinteros ante las numerosas lesiones, expulsiones y el discreto nivel que han mostrado sus compañeros de zaga.