Un nuevo Ballet Azul: el súper equipo femenino de la U

U. de Chile femenino

El fútbol femenino tiene un súper equipo. La U de Gutiérrez, Pinilla, Zamora y Oviedo se queda sin rivales en el Transición. Campaña perfecta, con una media de 7,4 goles por partido.



Los resultados hablan solos: 10-0 a La Serena, 2-9 a Fernández Vial, 5-0 a Antofagasta, 1-5 a la UdeC y 8-1 a Cobresal. La U femenina arrolla a sus rivales. Nadie parece detenerlas. Campaña perfecta en el Grupo B y más goles que nadie. No por nada sus partidos, transmitidos por streaming por el club, han superado las 10.000 personas en promedio. Nace una especie de nuevo Ballet Azul.

La profesionalización empieza a dar frutos. Y los refuerzos. Este año, entre otras, llegaron cuatro mundialistas de Francia 2019: las chilenas Yessenia López (30), Fernanda Pinilla (27) y Carla Guerrero (32) y la argentina Yael Oviedo (28). A lo PSG. “Jugadoras de esa calidad no van a clubes que no cuenten con las condiciones óptimas para trabajar. Han jugado en Europa y por lo que comentan, la realidad de nuestro club, en muchos casos, está por sobre lo que vivieron allá”, dice Ignacio Asenjo, el gerente general.

Y añade: “Son los mismos procesos de contratación que el plantel masculino. Es decir, me tocó conversar con cada una, presentarle las opciones a la comisión fútbol y las aprobó el directorio. Es ese el nivel de seriedad e importancia que le damos al plantel femenino. Es una política. Ellas seguramente valoraron esta forma, porque en pocos lugares ocurre”.

Dentro del plantel también hay otra mundialista: Daniela Zamora (30), quien llegó en 2018 y que marcha como la máxima artillera de la competición, con nueve conquistas. y la venezolana Bárbara Sánchez (28), capitana de la selección de futsal y delantera de la selección de fútbol 11.

“Apuntamos alto y esperamos estar en el mediano plazo en la Libertadores, pero fundamentalmente buscamos consolidar un proyecto de fútbol femenino que nos permita sostenerlo en el tiempo para que las mujeres puedan dedicarse a esto sin tener que buscar otros ingresos”, dice Asenjo.

El presupuesto que destina Azul Azul a la rama femenina es $250 millones. Pero no todas las jugadoras cuentan con contrato profesional. Lo admite: “De momento, lo tienen ocho de nuestras jugadoras. Seguramente, en el corto plazo aumentaremos este número”.

Son las seleccionadas y mundialistas las que han podido firmar y ganar un sueldo a fin de mes. Al resto se les entrega una ayuda económica para que el fútbol no sea un gasto. “Yo represento a varias de la U y los contratos y los sueldos son muy variados. Pueden ir en aportes de $100.000 al mes a sueldos de $700.000, en el caso de mis representadas”, afirma Claudio Bernal, director de Gespro11, que lleva a Pinilla, Yessenia y Orellana.

“Y además, las instalaciones, la cobertura, las concentraciones, el equipo técnico y la indumentaria son las mismas que utiliza nuestro plantel profesional de hombres”, presume enfatizando el gerente.

La atención médica, al igual que los varones, se hace en la clínica Meds. Los viajes son en el mismo modelo de bus que el primer equipo masculino y desde este año sus partidos se desarrollan en el mini estadio Leonel Sánchez o en el Nacional. Hasta 2019 eran en una cancha detrás del fútbol formativo. También hay ahora una coordinadora (Ignacia González) dedicada exclusivamente a ellas. La meta es que tengan, como los hombres, un camarín personalizado con nombres de las jugadoras y gigantografías de ellas.

Una de las referentes del nuevo Ballet Azul es la mediocampista Ana Gutiérrez (24), seleccionada nacional que se quedó fuera del Mundial por lesión. También arribó este año y tiene contrato profesional. Pide calma con los piropos: “Hemos hecho un gran torneo, pero aún no hemos ganado nada. Para ser el nuevo Ballet Azul hay que tener títulos. Pero sí, todo parte del compromiso del club con la rama femenina. Y de la llegada del profe Véliz, que influyó mucho en los refuerzos. El club se la está jugando por nosotras y estamos respondiendo. Somos una familia y eso se ve reflejado”.

No tiene contrato, pero destaca igual, Natalia Cayupán Reuque (20): “Suena lindo lo del Ballet Azul femenino, pero es algo apresurado. Ojalá día logremos plasmar lo del gran Ballet Azul. El gran cambio fue la llegada de jugadoras nivel selección y del profe Carlos Veliz, muy competitivo. La implicación del club se ha notado este año muchísimo mas, el trato es de plantel profesional. Aunque solo algunas con contrato. Es un inicio”.

Un equipo que aspira a hacerle competencia a Santiago Morning, el actual club todopoderoso del fútbol femenino chileno, el más profesional, y líder intratable del otro grupo. El miércoles, la U se enfrentará a Colo Colo y el fin de semana a la UC, que quizás alguna vez se podrán llamar también clásicos. Como los que jugaba aquel Ballet Azul que hoy les presta el apodo. Con Zamora en vez de Sánchez, Guerrero en vez de Navarro, Pinilla en vez de Musso y Oviedo en vez de Álvarez, un grupo de chicas que empieza a construir su propia historia. Las emergentes y poderosas damas de la U.

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