Ricardo Gareca ya trabaja como nuevo técnico de la Selección. A las 19 de este jueves, el técnico será presentado formalmente en el cargo. El acuerdo con el técnico es un hecho: contrato hasta el fin de las Eliminatorias, con extensión automática si consigue el objetivo de clasificar a la Roja al Mundial de 2026. A cambio, el Tigre recibirá una retribución suculenta: aceptó US$ 2,8 millones por cada año que permanezca en el puesto.
En lo inmediato, la agenda contempla la presentación protocolar, que se realizará en un hotel del sector alto de Santiago. Junto al técnico, quien arribará poco antes desde Buenos Aires, estarán Pablo Milad y Jorge Yunge, quienes asumieron los roles más activos a la hora de convencerle para que aceptara el desafío de enrielar a la Roja, a la que recibe en el octavo puesto de las Eliminatorias. Revertir esa realidad requiere de mucho trabajo. Y es en ese sentido que el entrenador no quiere ofrecer ventajas. Aunque su perfil de trabajo no alcanza niveles obsesivos, quienes le conocen dan cuenta de que se trata de un técnico que no deja detalles al azar. El profundo conocimiento de los jugadores a los que considerará en sus planes es una de las tareas a las que más les dedica tiempo.
La gira
Gareca partirá su labor con una gira por Europa. En el Viejo Continente se reunirá con los jugadores que contempla, al menos, para el inicio de su proceso y profundizará especialmente con los que quiere convertir en los puntales del proyecto que, en la práctica, ya lidera. Involucrar fuertemente a Alexis Sánchez y Ben Brereton, quienes resurgen en Italia e Inglaterra, asoma como el objetivo inicial, aunque la planificación es mucho más amplia en ese sentido. En el periplo del DT también están contemplados Guillermo Maripán y Gabriel Suazo. Hay más opciones, como Víctor Méndez y Víctor Dávila, ambos en el fútbol ruso, y Pablo Galdames, quien juega en Italia, aunque por cantidad y calidad la oferta ya no es tan amplia como en tiempos más auspicios para el fútbol nacional. De todas formas, si el exdelantero asumió el desafío fue porque estaba convencido de que el contingente disponible le sirve para cumplir sus objetivos.
La lista perfectamente puede incrementarse. En ese contexto, cobra especial relevancia la planificación del paso del técnico por España, donde juega Claudio Bravo. El del guardameta del Betis fue uno de los casos más complejos del ciclo Berizzo. Primero, porque en el proyecto ideal nunca fue prioridad. De hecho, la relación terminó de la peor forma, después de que el argentino lo marginara de los últimos duelos de su ciclo. El guardameta había privilegiado sus vacaciones en desmedro de los duelos frente a Cuba, República Dominicana y Bolivia, los últimos aprontes antes del reinicio de las Eliminatorias, en agosto del año pasado. La relación se rompió para siempre.
Gareca buscará interiorizarse, también, de la actualidad futbolística del portero, quien solo ha disputado siete encuentros en la actual edición de LaLiga, el último de ellos en noviembre. Ese mismo mes jugó contra el Aris Limassol, por la Europa League.
El diagnóstico que realice será clave para la conformación de la lista para el primer amistoso del ciclo: ante Francia, el 26 de marzo en Marsella. Aún no está confirmado el otro duelo que se gestiona.
Puertas abiertas
El caso de Bravo no será el único que tendrá que resolver Gareca, aunque luego su preocupación tendrá que orientarse hacia otras latitudes y con otra definición de por medio: el futuro de los miembros más longevos de la Generación Dorada en el equipo. Ahí, por ejemplo, además de Sánchez, deberá decidir si seguirá contando con Gary Medel, quien se mantiene vigente en el Vasco da Gama; con Mauricio Isla, quien encontró un nuevo impulso en Independiente, después de un oscuro paso por Universidad Católica, y con Arturo Vidal, flamante incorporación de Colo Colo, muy probablemente, después de haber cerrado su paso por el fútbol foráneo. Charles Aránguiz tiene la ventaja de ser un poco menor.
Internamente, en las conversaciones que sostuvo para terminar aceptando la propuesta nacional, el técnico ha sostenido que privilegiará los rendimientos actuales, lo que les mantiene abiertas las puertas de Juan Pinto Durán a los máximos referentes de la Roja en el último tiempo, sin que se imponga como obligación la introducción de elementos jóvenes para favorecer el recambio. En Perú, en todo caso, a Gareca no le tembló la mano para realizar el proceso en sentido inverso: figuras como Carlos Zambrano, Raúl Ruidíaz y hasta Paolo Guerrero empezaron a perder notoriedad en sus nominaciones.
Un modelo habitual
Juntarse con los seleccionados en el exterior es, de todas formas, una modalidad de trabajo que la mayoría de los seleccionadores emplea. En el caso chileno, por ejemplo, Reinaldo Rueda lo hizo para preparar la Copa América de 2019. Esa vez, el cafetalero estuvo en España, Inglaterra, Alemania, Italia y Turquía, para reunirse con Guillermo Maripán, Claudio Bravo, Arturo Vidal, Alexis Sánchez, Charles Aránguiz, Erick Pulgar, Francisco Sierralta, Mauricio Isla, Gary Medel, Enzo Roco y Junior Fernandes. La mayoría de esos jugadores, coincidentemente, estarán en la órbita de Gareca.
“Todas estas conversaciones con los jugadores nos sirvieron para conocer la actualidad futbolística y psicológica, de acuerdo con los momentos deportivos que están viviendo en sus clubes”, explicó el cafetalero en esa oportunidad, después de asistir, además, a seis encuentros en que participaron jugadores chilenos.
La dinámica se repetirá en el caso de Gareca. Probablemente, la conclusión también será parecida. “Además, pude conocer y saber del futuro inmediato o proyección de cambio de equipo o país para la próxima temporada. Siempre es muy gratificante estar en contacto con los jugadores y conversar con ellos”, explicó el caleño.
En 2014, un año antes de la consagración continental en la Copa América que se jugó en Chile, Jorge Sampaoli realizó el mismo ejercicio.