París vive momentos convulsionados. Si bien los Juegos Olímpicos 2024 buscan ser un evento de unidad y orgullo deportivo, también provoca que las miradas de todo el planeta se posen sobre la ciudad organizadora. Eso suele desvelar situaciones que pueden ser contrarias al espíritu de la cita de los anillos, o que generen controversia, tal como ocurre actualmente con la capital francesa.
Las agresiones que sufrieron los jugadores de Argentina por parte del público en el primer partido del fútbol masculino, o el robo al que se vio afectado la delegación australiana de BMX son solo algunos de los casos negativos que se han dado en París en esta primera semana de competencia. El más grave, eso sí, viene cocinándose desde hace meses, según prestigiosos medios de prensa internacionales y numerosas organizaciones humanitarias.
La controversia
Más de 80 ONG han acusado, a través de un informe conjunto, al gobierno francés de remover sistemáticamente a miles de personas en situación de calle, durante el último año, para enviarlas a refugios en otras ciudades, en el marco de una serie de acciones previas a los JJ.OO. que han sido denominadas como “limpieza social”.
Pese a que la administración del presidente galo Emmanuel Macron niega que estos desalojos estén vinculados con los Juegos Olímpicos, importantes medios de comunicación como The New York Times y L’Équipe han publicado extensos reportajes sobre esta problemática, con audios exclusivos de trabajadores del municipio refiriéndose a este asunto.
Por ejemplo, el 16 y 17 de julio pasados ocurrieron dos desalojos masivos en la capital francesa. El primero se produjo a lo largo del canal del Ourcq, en el noreste de París, donde vivían entre 200 y 250 personas. Según la ONG Utopia 56, las personas fueron trasladadas a refugios fuera de la ciudad sede.
Un día después de aquello, la policía parisina desmanteló dos campamentos ubicados en la zona norte de la urbe, privando a 230 personas de sus hogares, según la asociación humanitaria Médicos del Mundo. “Realmente han llevado a cabo una limpieza social masiva, justo antes de que empiecen los Juegos Olímpicos”, expuso Paul Alauzy, portavoz de la organización.
Todo esto llevó a que Revers de la Medaille, una coalición de 80 asociaciones, publicara un informe en el que se señala que Francia está siguiendo el ejemplo de anteriores ciudades organizadoras de los Juegos Olímpicos, que antes del arranque de las competencias realizaron traslados forzados de sus ciudadanos en situación de calle. “Este verano, París y la región podrán presentarse de una forma que las autoridades consideren favorable: una ‘Ciudad de la Luz’ estéril, con su miseria casi invisible, sin zonas de vida informal significativa, barrios y bosques ‘limpios’, sin mendigos, consumo de drogas ni trabajo sexual”, se lee en el documento.
5.000 personas desalojadas
The New York Times fue uno de los primeros medios en golpear la mesa con un reportaje en el que se detalla que durante el último año, en París, se desalojaron alrededor de 5.000 personas, la mayoría de ellas hombres solteros. En la publicación también se señala el método que utilizaban las autoridades, que les daban billetes de bus al azar a las personas que removían de sus lugares de residencia.
Además, el periódico estadounidense visitó 10 refugios temporales que se construyeron a lo largo del país durante el último año y entrevistó a varios de los inmigrantes que han sufrido desalojos en las últimas semanas. “Después de llegar a sus nuevas ciudades, las personas sin hogar viven en refugios hasta por tres semanas y son examinadas para determinar su elegibilidad para asilo. Aquellos que sean elegibles pueden recibir vivienda a largo plazo mientras solicitan asilo. Pero alrededor del 60 por ciento de las personas en los refugios temporales no consiguen una vivienda a largo plazo. A varios se les ha dado órdenes de deportación, por lo que algunos abogados instan a la gente a no subirse a los autobuses”, relatan en el escrito.
La defensa de Emmanuel Macron
Todo este escenario fue descartado por el gobierno de Emmanuel Macron, que en reiteradas ocasiones ha intentando explicar que no existe una conexión entre los desalojos en la capital y el inicio de la competencia deportiva más importante del planeta. “No tiene nada que ver con los Juegos Olímpicos, no hay ninguna limpieza social. Esta política de acogida de emergencia pretende repartir la carga por todo el territorio… Operaciones de este tipo se realizan de forma regular, no están dictadas por la agenda olímpica y paralímpica”, explicó la Ministra de Deportes de Francia, Amélie Oudéa-Castéra, en marzo pasado.
La declaración fue cuestionada por la organización Médicos del Mundo: “Antes había que cumplir condiciones estrictas para acceder a los refugios, pero ahora, antes de los Juegos, todo el mundo puede acceder. Es una lógica de ofrecer soluciones temporales para vaciar las calles”.
Por si fuera poco, L’Équipe publicó un reportaje que revela audios de un funcionario de vivienda del gobierno francés, que expone que se debía “identificar a las personas que viven en la calle en lugares cercanos a las sedes olímpicas y trasladarlas antes de los Juegos”. Esto último no ha sido abordado por las autoridades de forma pública.
De todas formas, la situación ya excede a informes de ONG y reportajes de la prensa. Esta mañana, una decena de personas en situación de calle protestaron frente al Ayuntamiento de París para llamar la atención, luego de haber sido removidos de los lugares en donde pernoctaban. “Limpieza Social” y “Queremos nuestras casas” fueron algunos de los mensajes que se podían leer en algunos de los carteles levantados por los ciudadanos, ya en plenos Juegos Olímpicos en marcha.