El Uno a Uno de Colo Colo: Los albos impusieron otra vez su jerarquía
Sin hacer un buen partido, el cuadro colocolino se quedó con justicia con el Superclásico. Estiran la paternidad ante el archirrival y siguen expectantes en la pelea por el título.
A. Orión: Jornada tranquila para el arquero. Casi no fue requerido. Ejerció su liderazgo habitual, aunque no tuvo mayores complicaciones.
M. Zaldivia: Fue el más bajo de la defensa de Colo Colo, aunque tampoco sufrió. Fue superado en ocasiones por Soteldo y cometió errores impropios de su juego en la salida y en el posicionamiento en los retrocesos, donde concedió espacios que la U no supo aprovechar.
J. Barroso: El patrón de la última línea alba. Manejó los tiempos y ordenó las piezas en la salida del equipo. Todos lo escuchan y obedecen. No tuvo contratiempos para superar a Henríquez en el duelo individual que ambos protagonizaron.
J. M. Insaurralde: El mejor del fondo de Colo Colo. Firme en la marca, aplicado en los cruces y efectivo en el juego aéreo. Se impuso a Arancibia constantemente. Marcó la apertura de la cuenta aprovechando un rebote tras una jugada que se inició en un tiro de esquina.
O. Opazo: Gran partido del lateral. Alternativa constante por el sector derecho del ataque albo y dolor de cabeza insalvable para Matías Rodríguez, que sufrió más de la cuenta para contener al carrilero.
C. Baeza: Regular como siempre. Uno de los de mayor despliegue del encuentro. Pisó las dos áreas y lideró la zona media ante las dudas de Valdivia.
C. Carmona: Correcta faena defensiva del mediocampista. Bien ubicado, intenso y solidario. Su falencia principal sigue estando en la entrega. Fue incapaz de ayudar a Baeza y Valdivia en la generación de juego.
D. Pérez: Buena presentación del argentino. Aunque con poca claridad, subió constantemente y eso obligó el repliegue de la zaga azul. Tuvo un duelo intenso con Echeverría.
J. Valdivia: Encuentro de pocas luces para el Mago. Algo desenfocado y extrañamente errático. Mezcló malas decisiones con algunas chispas de su claridad habitual. Subió su nivel en el segundo tiempo.
E. Paredes: No fue su partido más lúcido, pero le alcanzó para ser un problema constante para la retaguardia laica. No estuvo fino como en otras ocasiones, pero lo intentó incansablemente. Se movió y buscó opciones, pero le faltó mayor compañía de Valdivia y Barrios.
L. Barrios: Otro opaco partido del delantero. Empezó con ímpetu, pero se fue diluyendo. Demasiado inconsistente. Errático en la entrega y con problemas de coordinación con Paredes.
G. Fierro: Ingresó para refrescar el ataque, pero terminó pasando desapercibido. No entró en la sintonía del encuentro, ni en intensidad ni en juego. Intentó proyectarse, pero no generó peligro por su zona. Terminó cerrándose en el fondo para aguantar el resultado. Provocó a Ubilla y logró que éste se fuera tontamente expulsado.
J. Valdés: Tomó la manija en los minutos finales. Inteligente para administrar la posesión y para manejar los tiempos. Encontró espacios en los minutos finales y potenció a Paredes, que necesitaba mayor y mejor compañía.
E. Pavez: Salió a la cancha en el tramo final y se paró en la mitad con su prestancia habitual para cortar cualquier embate ofensivo de la U. Cumplió en su rol de darle mayor frescura al mediocampo de los de Héctor Tapia en los instantes finales del compromiso.
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