El Uno a Uno de la U: Los azules sucumben a la presión y no logran cortar su pesadilla del Monumental

J. Herrera: Cometió algunos errores con los pies, pero no fue un mal partido del meta. Cortó centros con seguridad y respondió acaso en la acción de mayor peligro, cuando Paredes probó de tiro libre. No pudo hacer mucho para evitar el gol del triunfo colocolino, pues Insaurralde se encontró con un rebote en la boca del arco.

R. Echeverría: Actuó como lateral derecho nuevamente, fuera de su ambiente natural. Cumplió. Puso carácter y personalidad para darle una dura batalla a Pérez por la orilla y a Barrios o Paredes, cuando éstos salían hacia su costado. Un duro choque con el propio Pérez pudo sacarlo del partido por un corte en la rodilla, pero exhibió su temple y siguió jugando.

C. Vilches: Hizo un partido correcto. Al menos no se complicó. Alejó el peligro como pudo cada vez que le tocó intervenir y no arriesgó en la entrega, minimizando considerablemente sus errores. Se impuso en el uno contra uno ante Barrios.

R. Vaz: Sufrió con la movilidad constante de Paredes, pero a medida que avanzó el encuentro logró controlar al ariete. Fue quien llevó la voz cantante en el fondo universitario. Abusó del pelotazo frontal en la salida.

M. Rodríguez: Tuvo muchos problemas con el asedio constante de Opazo por su costado. Sufrió en demasía jugando por la banda izquierda. Concedió muchos espacios y abusó de las faltas. Debió irse expulsado tras un feo pisotón a Baeza sobre el final del primer tiempo.

G. Espinoza: El mejor de los azules. Presencia, despliegue. Levantó al equipo en los momentos difíciles, pero su influencia mayor estuvo en la zona defensiva y no en la de generación, donde participó poco, nada y mal.

F. Seymour: Sumó, como suele ser, buenas, malas y muy malas. Perdió la posición en muchas ocasiones ante la movilidad de los volantes colocolinos. Erró pases en todas las zonas de la cancha, pero suplió con voluntad la mayoría de sus carencias. Kudelka, eso sí, debe replantearse si es el hombre que necesita como primera salida, a raíz de sus complicaciones en la entrega, sobre todo en los trazos largos.

G. Lorenzetti: Un fantasma en el Monumental. Demasiado contenido, nunca fue protagonista del juego. La tuvo poco y, cuando la tuvo, no arriesgó para no fallar. No tuvo presencia en el último tercio de la cancha, donde sucumbió siempre en su duelo con Baeza y Carmona.

F. Arancibia: Partido de mucho sacrificio para el delantero. Corrió como pocos, cubriendo íntegramente la banda derecha. Retrocedió muchos metros persiguiendo a Pérez para ayudar a Echeverría. Ofensivamente, se atrevió a encarar en un par de jugadas, pero perdió el mano a mano contra Insaurralde.

A. Henríquez: Partido ingrato del delantero. Muy lejos del área. Colaboró activamente en la recuperación, presionó sobre la mitad de la cancha y se vio forzado a retroceder para mantener sólida la estructura del equipo. Su influencia ofensiva fue nula y prácticamente no tocó la pelota en las zonas decisivas.

Y. Soteldo: No se puede decir que no lo intentó, pero su aporte fue pobre. Dejó para el recuerdo un par de carreras por la banda que complicaron a Zaldivia, pero no cargó con el peso ofensivo del equipo, como se espera de él. En otra sintonía, como en casi todos los partidos. Más preocupado del corte de pelo. Hoy no pudo hacer callar a ningún hincha, como hizo en los dos últimos encuentros.

S. Ubilla: Reemplazó a Arancibia cuando éste se cansó, con la idea de mantener la presión por la banda. Pero su ingreso resultó al revés y la U perdió peso y presencia en ataque. No gravitó y demostró por qué está muy abajo en los planes de Kudelka. Cayó en la provocación de Fierro y se fue expulsado casi al final.

D. Pizarro: Intentó manejar la pelota y controlar el ritmo cuando la U quedó en desventaja, pero no lo logró. Terminó desesperado y ofuscado, como todos los azules.

I. Díaz: Ingresó en lo minutos finales y su aporte, otra vez, fue nulo.