Vergne entra en la historia de Chile
El piloto francés del equipo chino Techeetah se impone de principio a fin en la primera edición del Santiago e-Prix, una fiesta de la velocidad por el centro de la capital. Entretenido en lo deportivo y caluroso en lo social, el experimento eléctrico terminó en éxito.
Ésta es una crónica para guardar, por sus fotos y los detalles de lo que pasó ayer en la primera carrera en Santiago de la Fórmula E. Es para leer hoy también, y conocer cómo fue el debut de una categoría de la FIA en Chile, el histórico sábado 3 de febrero de 2018, a las 16.03.
Es un día para recordar, porque es una categoría ascendente la que se presentó ayer en las inmediaciones de la Plaza Baquedano. Basta con pensar cómo sería aquel Gran Premio de Argentina de 1953, el primero en ese país, en la cuarta temporada de la naciente serie, y cómo se le recordaría 10, 20 o 30 años después, cuando los autos, el espectáculo y la tecnología de la F1 habían dejado atrás los autos sin alerones, las corbatas de los pilotos y el trote para llegar al auto.
Tal vez Jean-Éric Vergne sea recordado para siempre en Chile. El francés se quedó ayer con el triunfo luego de tener un día brillante. No exento de problemas, pero supo salir de todos.
Primero, a mediodía, el galo se impuso en la pole position. Los neumáticos y el asfalto aún no conseguían una buena temperatura y rodar por las ondulantes calles de Santiago se les hizo complicado a los conductores. Aunque no es un tema nuevo lo de conducir a saltos: se vive en muchos de los circuitos callejeros por los que pasa la F-E.
Fue meritoria ya la pole para Vergne, quien ensayando el cambio de auto se había lesionado un pie. En esta carrera debutaba una nueva norma, en la que no había que cumplir un tiempo para cambiar de auto, sino que de hacerlo rápido, se ganaban segundos: el francés se dobló un pie en uno de los ensayos y compitió muy adolorido. "Era muy sencillo cometer algún error, no fue la vuelta más rápida, pero fue la más segura", declaraba Vergne tras esos piques.
La carrera fue un asunto diferente. Con más calor y mucho más agarre en las gomas, hubo pocos problemas. Aunque sí los hubo al inicio, donde se pagó caro el querer pasar por donde no se podía. Lo supo el argentino José María "Pechito" López, que quedará en otra historia, la de, tras su accidente, ser el primer abandono en una carrera en Santiago.
Lo del cordobés de Dragon Penske generó una bandera amarilla que aburrió por tres vueltas e invisibilizó la buena salida que había tenido Nelsinho Piquet (Jaguar), que se ponía segundo. Al rato abandonaba el alemán Maro Engel (Venturi), misma suerte que su compatriota Nick Heidfeld (Mahindra).
En el giro cuatro se volvió a la acción, con las baterías casi intactas. El uso de la energía de los dos autos es la clave de las carreras de la F-E. En la vuelta 12 se fue afuera el local de la pista, el suizo Edoardo Mortara (casado con una chilena), mientras Lucas di Grassi, el campeón defensor, el que no había sacado un solo punto este año, comenzaba a remontar desde el puesto 13 en que partía, por una penalización. Lo hizo bien el brasileño, adelantó, se puso séptimo, hizo vueltas rápidas... pero terminó abandonando en el giro 23.
En la vuelta 20 la mayoría de los equipos entraron a cambiar de coche. La batería de los bólidos no dura una carrera completa, así que hay que subirse a otro auto bien cargado. No pasó nada ahí, al regreso no hubo cambios en las posiciones.
Ya se estaba dando el un-dos del equipo Techeetah, con Vergne y el alemán André Lotterer en las primeras ubicaciones. Y peleando, nada de negociar: el germano le mostró el auto en varias oportunidades, al punto de dejar que se les acercara mucho el tercero, el suizo Sébastien Buemi (Renault), que partía segundo, pero fue mirando los alerones traseros de los autos chinos casi toda la carrera.
Había pelea entre los líderes. Al punto de que a cuatro giros del final casi se va todo a la basura. Lotterer se acercó demasiado a Vergne y ambos quedaron enganchados como dos vagones de tren. Pese a que el alemán frenaba para poder separarse, los autos parecían pegados como con imanes. Al separarse, los escoltas se habían acercado más, y las últimas vueltas fueron de pura emoción, luchando por el primer lugar y también por el tercer puesto.
Al final, los Techeetah se impusieron, haciendo su primer un-dos en la historia de la categoría y con Vergne celebrando por segunda vez en la serie de autos eléctricos, aunque la primera este año. "Esto fue increíble, son puntos muy importantes para el campeonato", declaró el ganador, quien dijo que la lesión en el pie le dolía mucho, especialmente para frenar.
Es que el galo pasó a ser el líder de la clasificación mundial. No olvidará su paso por Chile, y para los santiaguinos, mirar estas líneas, en 10, 20 o 30 años sacará más de una sonrisa. O una lágrima.
Se estima que acudieron unas 30 mil personas
La primera fecha de la ABB Fórmula E en Santiago terminó siendo un éxito. Desde la organización sacaban cuentas felices: 22 mil personas controladas dentro, 15 mil en el E-Village, otros seis mil entre las graderías y el emotion club más las cerca de cinco mil que miraron desde el exterior o los balcones. Es decir, la primera estimación de los organizadores es de unos 30 mil espectadores, mientras que Carabineros calculó unos 20 mil.
"Superamos las expectativas. La gente disfrutó. Las personas comentaban los buenos accesos y la información. Fue un espectáculo y presentación increíbles. Esperábamos 15 mil personas y llegaron por lo menos 22 mil", dicen desde la organización.
La previsión de 15 mil espectadores la había hecho el intendente, Claudio Orrego. Ayer, tras disfrutar en el podio, aseguró: "Todo lo que imaginamos se cumplió. Pese a las críticas, fue un evento de categoría mundial. Habrá un próximo año, hemos demostrado que sí se puede".
El futuro de la carrera de quien menos depende es de Orrego o de las actuales autoridades, como el ministro de Energía, Andrés Rebolledo, uno de los más entusiastas, pues es el próximo gobierno el que debe decidir.
Para esta fecha, el país invirtió tres millones de dólares, que cubren poco de los 11 millones que cuesta el evento. Sí aclaran es que el 80% de ese dinero se queda en Chile, debido a que la mayoría de las empresas involucradas son nacionales, y una segunda fecha aprovecharía lo ya hecho, como las rejas y otros elementos.
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