El viacrucis de Alfredo Arias
El técnico de Universidad de Chile se ha cobijado en una llamada telefónica de sus padres previo a cada encuentro. Su hermana y su sobrino lo acompañarán en el Superclásico.
Alfredo Arias vive días de máxima tensión. Vive un calvario y su resurrección parece ya una utopía, pues la dirigencia de Azul Azul ya le puso la lápida, sea cual sea el resultado de hoy. El técnico uruguayo enfrenta su viacrucis de manera intensa. Llega al Centro Deportivo Azul cerca de las 07.30 y se va casi 12 horas después. Se le ve atento con los funcionarios, pese a que últimamente ha tomado una distancia por el momento que enfrenta en el club. Arias sufre en la U.
En la previa al Superclásico 185, el DT se ha refugiado en su familia. No tan solo en los llamados diarios a su hermano y representante, Marsol Arias, ni tampoco los diálogos que sostiene con sus padres en la antesala a cada duelo. Ayer, en el hotel de concentración, lo visitaron su hermana Selva y Sebastián, su sobrino con síndrome de Down, quien es muy cercano al DT. "Alfredo es my generoso con su familia. Es un ser muy lindo. El motivo de la visita es que Tatán está de cumpleaños el 25 de mayo", comenta Selva. Arias actualmente presta el local de la pizzería que tiene en Uruguay para que se realicen actividades de la escuela de fútbol de Gigantes de la Costa, que recibe a niños en condición de discapacidad.
El DT de la U está triste, pero no se hunde. No se quiere rendir. "Alfredo ha estado fuerte con su metodología. Está triste porque no ha encontrado regularidad por los resultados. El fútbol es ingrato, porque se basa en resultados. Pero la vida le dará otra chance y será aplaudido", dice su hermana
Arias utiliza su tiempo libre en Santiago para analizar a sus rivales. Prácticamente no se distrae. No va al cine. Cada golpe que recibió durante las ocho fechas anteriores, en las que no sumó victorias, tuvo la misma rutina: llegó a su casa a hacer resúmenes de los errores de cada duelo. "Vive 24 horas para el fútbol. El lunes ya estaba preparando la corrección de los errores para ya en la noche preparar el siguiente encuentro", asegura su hermano Marsol.
Arias no se da por enterado de su eventual salida del club. O, al menos, lo disimula muy bien. "Es un trabajador del fútbol, un luchador de la vida. Será difícil que lo dobleguen fácilmente. Cuando se va para la casa estoy seguro de que ha dejado sus lágrimas por estos empates y derrotas injustas. No tengan duda de que dejará hasta la última gota de sangre por revertir la situación.", cierra Marsol.
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