El final perfecto de Colo Colo
En la tarde que será recordada por el gol 216 de Paredes, los albos estiraron su hegemonía sobre la U con un triunfo agónico. Barroso liquidó un pleito inolvidable.
Colo Colo 3-2 Universidad de Chile
Colo Colo: B. Cortés; F. Campos, J.Barroso, J. Insaurralde, O.Opazo; I.Rossi, G.Suazo, B.Provoste (46', Valdés); M. Bolados(84', Costa), E. Paredes (75', Parraguez), P. Mouche. DT: M. Salas.
U. de Chile: F. De Paul; M. Rodríguez, O. González, L. Aveldaño, J. Beausejour; C. Moya, G. Espinoza; N. Guerra, L. Fernández, N. Oroz; L. Benegas. DT: H. Caputto.
Goles: 0-1, 13', Espinoza; 1-1, 51', Suazo; 2-1, 62', Paredes; 2-2, 75', Henríquez: 3-2 90' Barroso
Árbitro: Roberto Tobar. Amonestó a Rossi, Provoste (C), Moya, Espinoza. Expulsó a Moya a los 85' por doble amarilla.
Estadio Monumental. Asistieron 38.497 personas.
En cursivas, jugadores juveniles.
Tarde histórica. Triunfo en la agonía. Hegemonía absoluta en Macul. Y con Paredes alcanzando la marca 216 para quedar solo en la historia. Todo en el marco de un Superclásico que volvió a marcar las bondades de un equipo que se agranda en estas instancias y las miserias de otro, que se hunde en la tabla y que sigue regalando puntos y goles a sus rivales. El 3-2 definitivo, conseguido en la última jugada del partido, por intermedio de Barroso, fue el mejor retrato para un desenlace que se palpitó desde el momento en que De Paul le regaló a los albos un tiro de esquina.
Y entremedio de aquel grito agónico, todas las miradas buscan a Paredes, para abrazarlo, ahora sí con el triunfo sellado. Los hijos, con el sol en la cara actuando de peloteros, solo quieren correr a abrazarlo de nuevo, como en el festejo de su gol histórico. El delantero, mesurado hasta ese momento, da rienda suelto a su alegría.
A esa altura nadie ya se acordaba del trámite del partido, que por largos pasajes fue favorable a la U. Con un mediocampo más poblado para primero intentar controlar mejor el balón y luego para empezar a hacer daño, el equipo de Caputto tomó el mando. Claro, le facilitó la tarea al cuadro azul la infantil mano de Rossi tras un tiro de esquina de Fernández. La pena máxima la transformó en gol Espinoza con un zapatazo inatajable para Cortés.
La apertura de la cuenta le sacó la presión por largos pasajes a los jugadores de la U, que llevaron a cabo casi a la perfección el plan de juego de su técnico. Los azules controlaron en esa fase del partido casi sin mayores problemas el circuito que tan bien había fluido en Colo Colo con Opazo, Suazo y Mouche. Entonces, todo el peso del ataque se concentró en algún carrerón de Bolados, que siempre estuvo bien custodiado por Beausejour.
La presencia de Provoste desde el inicio, repitiendo el mediocampo que tan bien lució en la fecha pasada, terminó siendo contraproducente para Mario Salas, quien debió echar pie atrás en su decisión de tener a Valdés en la banca. Pajarito ingresó tras el descanso y contagió a todo el equipo. Colo Colo encontró rápido su gol, tras la reanudación. Y lo hizo con su fórmula preferida, arrancando desde la izquierda hacia el centro. Opazo, Mouche y Suazo desarmaron el bloque defensivo con un triangulación perfecta, muy bien finiquitada por este último.
Resuelto el tema de la desventaja, Colo Colo siguió insistiendo por la zona izquierda. Parecía tener la llave con Mouche. Justamente el argentino le ganó de vivo un rebote a Matías Rodríguez y regaló una asistencia histórica para Paredes, quien en su primera intervención seria en el área, ponía en ventaja a los albos. Momento inolvidable para el flamante máximo artillero de los torneos de Primera División, el gol 216 en una instancia soñada. Un golpe de nocáut para los azules.
Pero el fútbol, muchas veces, es concentración. Y mientras el estadio seguía festejando el gol de su ídolo, que salía de la cancha lesionado, Henríquez sacó una volea espectacular, inatajable para Cortés. Un gol que silenció el estadio, apaciguó los festejos en las tribunas y que parecía sellar en empate la historia. Pero la U ofrece tantas licencias defensivas que nunca puede estar tranquila. Y esta vez entre De Paul, que increíblemente dejó escapar un balón fácil al tiro de esquina, y las marcas mal tomadas en el área, le permitieron a Barroso marcar el 3-2 definitivo, que estira a 19 años la paternidad alba en Macul y le da un cachetazo monumental a los azules, que siguen en zona de descenso. Un marco espectacular para el récord de Paredes, el gran héroe. El final perfecto.
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