MasterChef: la revancha del espacio que daban por muerto
Canal 13 había descartado una nueva temporada por sus altos costos y porque ya había cumplido su ciclo. Bajo otra fórmula, y que ni siquiera incluyó clases previas de cocina de los concursantes, el programa volvió y goza de buen rating e impacto.
La señal era clara: Canal 13 no estaba dispuesto a realizar otra temporada de MasterChef. Para ello, en 2018 subastó todos los elementos y utensilios usados en las tres primeras temporadas -cucharas, cucharones, cuchillos, sartenes, batidoras, ollas y hasta las sillas del estudio-, como una forma de mostrar que se trataba de una era superada. ¿La razón? El alto costo económico que implicaba el programa y la sostenida baja en rating e impacto de su último ciclo. A nivel interno, existía la sensación de que se trataba de una marca que ya estaba desgastada.
Por lo mismo, lo que hoy sucede es una suerte de revancha. Así lo siente el chef Christopher Carpentier, quien planteó la posibilidad de hacer una nueva temporada, pero con otro método, menos costoso y más efectivo: en el extranjero y sin anfitrión.
Y funcionó, porque la noche del reciente domingo, cuando el eliminado fue Aníbal, MasterChef fue lo más visto del horario prime, con 13,5 puntos de rating, y en Twitter la mayoría de los trending topics pertenecían al programa.
"Es muy extraño lo que pasa. No sé leer lo que se dice en las redes sociales. Porque por un lado nos odian, y dicen que lo hacemos pésimo y que no nos verán más, pero en el próximo capítulo seguimos liderando en rating", reflexiona el profesional que también participó en las tres temporadas anteriores.
Uno de los aspectos más comentados en Twitter es el nivel de los participantes. Según queda de manifiesto, los seguidores del programa no estarían conformes con los platos presentados, sobre todo en la comparación con los concursantes de otros años.
Ante esa crítica, Carpentier explica: "Porque el tiempo apremiaba, los participantes no pudieron tener clases de nivelación. Cuando grabábamos en Chile, Tomás Olivera, que era el cuarto chef, les hacía clases, y les enseñaba a preparar una salsa o una carne, o lo que fuera. Se les entregaban herramientas. Esta vez ellos han avanzado solo con sus estudios, por sus propios medios".
En esa misma línea, Carpentier hace su propio análisis sobre el nivel de los aspirantes a chef de este ciclo. Y su primera impresión es que "esta temporada ha sido más grupal. Hay bandos, y por eso actúan en bloque. Nadie se ha logrado desmarcar". En retrospectiva, dice, "faltó un concursante que fuera realmente diferente al resto".
Cuando solo quedan cinco participantes en carrera -Bárbara, Camila, Kaschka, Giovanni y Jeffry-, MasterChef acumula 11,7 puntos de sintonía, y Carpentier ya piensa en un nuevo ciclo. "No dudo en que tendré de nuevo el respaldo del canal", asegura.
Luego sigue: "Con el equipo sacamos adelante un proyecto con un muy buen contenido, y manteniendo un presupuesto muy austero. Sentamos un precedente, porque hay otros programas, otros realities, que se gastan un presupuesto gigantesco, con rostros muy importantes, incluso extranjeros, y no marcan lo que marcamos nosotros".
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