Nativel Preciado, corresponsal española en el plebiscito: "Se notaba que el pueblo chileno había perdido el miedo"
En poco más de dos semanas la periodista –como otros cientos de corresponsales extranjeros en Chile durante los primeros días de octubre de 1988- cubrió el final de la campaña que enfrentaba al Sí y al No, el histórico día de la votación y el comienzo del fin de la dictadura de Augusto Pinochet. Un personaje que, de acuerdo a sus propias palabras, tenía similitudes notorias con el dictador español Francisco Franco.
*Este artículo es parte del especial conjunto por los 30 años del plebiscito de 1988 entre La Tercera y la Escuela de Comunicaciones y Periodismo de la Universidad Adolfo Ibáñez.
La atención del mundo estaba puesta en nuestro país en aquellos primeros días de octubre de 1988. Más de 1.100 periodistas de 41 países se acreditaron ante la Oficina de Prensa Extranjera para la cobertura del plebiscito del 5 de octubre de acuerdo a los archivos de prensa de aquellos días. Aun cuando durante 1987 se habían realizado grandes eventos en nuestro territorio, como el mundial juvenil de fútbol o la visita del Papa Juan Pablo II, el número de periodistas extranjeros presentes en el acto eleccionario superó largamente el interés y la cobertura de esos otros eventos.
Estados Unidos y Argentina lideraron en cuanto a número de profesionales acreditados, dejando en tercer lugar a España. Nativel Preciado fue una de los 78 profesionales españoles que cubrió el plebiscito. En su caso, para un medio joven y que ella misma ayudó a fundar: El semanario TIEMPO, perteneciente al grupo Zeta y que en enero de este año cesó sus actividades tras 36 años.
Nativel es una reconocida periodista y escritora, con más de 15 libros editados y alistando la publicación de un nuevo título. Y aunque el foco de su trabajo periodístico siempre ha sido la política local española, su primera visita a Chile dejó algunos recuerdos que hoy reviven, a 30 años de aquella histórica jornada.
Antes de llegar a Chile, ¿qué sabías de la dictadura chilena?
Creo que estaba muy bien informada de la dictadura chilena por varios motivos. Tenía relación con buenos amigos chilenos y excelentes colegas. Además, en España éramos muy sensibles a cualquier anomalía dictatorial que apareciera en Latinoamérica.
¿Cómo era en los medios españoles -en general-, la mirada sobre el régimen de Pinochet?
En general, los medios eran muy críticos con el régimen de Pinochet. Me refiero, fundamentalmente, a los medios progresistas que en esa época eran mayoritarios. Quedaban residuos franquistas y medios derechistas que le trataban mejor, pero eran pocos y desprestigiados. En mi caso, concretamente, hable con su gente más próxima para escribir un perfil "humano" de Pinochet, que titulé "Persona non grata" en la que le retrataba como un hombre gris, similar en muchos aspectos a Franco, el dictador español, al que él admiraba.
¿Había alguna noción de que – probablemente - ustedes sabían muchas más cosas en relación a los crímenes de lesa humanidad que los propios chilenos?
En los semanarios de la época, como TIEMPO o Interviú, se publicaron muchas investigaciones en relación con los crímenes de Pinochet y se denunciaron muchos casos. Teníamos buenos contactos dentro y fuera de Chile, sobre todo, personas cercanas a Salvador Allende. No olviden que nosotros mismo habíamos padecido una dictadura durante casi 40 años y éramos muy sensibles a cualquier información.
Respecto de la cobertura. ¿Cuántos días antes llegaste y cómo percibías el clima electoral, en particular el que propiciaban los medios de comunicación?
Creo recordar que estuve las dos semanas previas y una posterior al plebiscito. Estuve en los conciertos previos, en actos de solidaridad, en toda la campaña por el NO. Todavía tengo camisetas y pegatinas. Era la primera vez que visitaba Chile - posteriormente regresé un par de veces - y me sorprendió favorablemente el nivel político de la oposición, sobre todo, la cobertura que hacían las emisoras de radio de los momentos previos al plebiscito. Existía el temor de que Pinochet lo ganase, para eso lo había convocado, pero se notaba que el pueblo chileno había perdido el miedo acumulado durante 15 años de dictadura. Muchos periodistas y políticos chilenos nos decían que iba a ganar el NO y yo me lo creí. Las encuestas más fiables vaticinaban el triunfo del NO por un amplio margen. Y, estaba claro, ganó. Pero a Pinochet, como le tenían tanto miedo, le ocultaron lo sondeos y nadie le habló de la posibilidad de la derrota.
Como profesional extranjera ¿tuviste algún incidente con autoridades o uniformados? ¿Había algún tipo de revisión del material periodístico que se enviaba fuera de Chile?
Pude trabajar sin problemas, pero los militares daban miedo. Iban armados y estaban nerviosos. Solo cubrí un acto de Pinochet en el que iba con el uniforme. Estuve tan cerca de él que me rozó con la capa y me estremecí. Tuve un incidente en un coche cuando iba con unos colegas, creo recordar que a Valparaíso, cuando los carabineros nos hicieron bajar del coche, nos amenazaron y nos apuntaron con las metralletas y pasé miedo. No sucedió nada. Fue un incidente sin importancia. Por la noche había toque de queda y alguna vez, imprudentemente, nos lo saltamos. El material periodístico, sobre todo las fotografías, lo enviaba a través de un piloto de Iberia que era amigo mío y algunas crónicas las dicté por teléfono. Ahora parecen métodos prehistóricos, pero entonces se utilizaba, fundamentalmente, el fax. No había celulares.
¿Cómo viviste la demora en la entrega de los resultados oficiales?
Con mucha inquietud. Pensábamos que Pinochet no iba a aceptar los resultados. De hecho, los pinochetistas más recalcitrantes se desconcertaron. Pero había un sector de la Fuera Aérea, de la Armada y de Carabineros que habían hecho saber, previamente, que acatarían los resultados. Existía un temor a que la situación se violentase, tanto por parte de la derecha como por la izquierda más radical, representada por el clandestino Frente Patriótico Manuel Rodríguez y el MIR. La noche anterior a que los observadores internacionales salieran de Chile, los carabineros se pusieron violentos y golpeaban indiscriminadamente a periodistas y manifestantes. Yo lo escribí: "…rompieron brazos y piernas, abrieron cabezas y gasearon con furia desmedida a cuantos mostraban un rostro alegre, aunque llevasen una visible acreditación de informadores extranjeros." Respiramos cuando el Departamento de Estado de Washington dio por bueno el resultado del plebiscito. Cuando una parte de la Junta Militar admitió en televisión su derrota, lo celebramos por todo lo alto, y nunca mejor dicho, en la última planta del hotel Carrera.
¿Y cómo fue la relación con tus colegas corresponsales que llegaron a cubrir el plebiscito?
Fueron unos días de trabajo inolvidables y de solidaridad. Estaba alojada en el mítico hotel Carrera, que ya no existe, y allí nos reuníamos para intercambiar información a todas horas - y también para tomar whisky sour - con los colegas y los observadores internacionales. Recuerdo muy solicitada a Bianca Jagger; coincidíamos todos los días en el ascensor, porque estábamos alojadas en la misma planta.
Coincidencia o no, Nativel Preciado ganó el premio APM – Asociación de la Prensa de Madrid - al mejor periodista el año 1989, por su trabajo profesional durante 1988.
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