Como reencarnación contemporánea del más eximio pintor barroco europeo, el chileno Guillermo Lorca (30) ostenta un sorprendente virtuosismo en el manejo técnico del óleo sobre tela. El artista lleva al extremo el código de la pintura clásica, donde la belleza y la armonía conviven perturbadoramente con el delirio, la sangre, la violencia y el erotismo. Hasta el 25 de mayo en el Museo Nacional de Bellas Artes.
Revista Paula.
23 abr 2014 01:02 PM