El magistrado del Supremo Tribunal Federal fue un personaje problemático para el mandato del entonces presidente brasileño, y ahora toma una mayor relevancia tras al asalto a los edificios gubernamentales por parte de sus seguidores.
Los hechos del domingo pasado en Brasilia, donde una turba irrumpió en el Palacio de Planalto, el Congreso y el Supremo Tribunal Federal, muestran cómo el ánimo golpista creció en los últimos meses en los sectores más radicales de la extrema derecha brasileña.
Anderson Torres, quien era secretario de Seguridad Pública de Brasilia, está acusado de omisión y connivencia que habría facilitado los ataques de radicales bolsonaristas en las sedes de los tres poderes del Estado en la capital.
“Las Fuerzas Armadas no son el poder moderador que creen que son”, señaló el mandatario brasileño en la misma jornada en que ratificó en el cargo a José Múcio, quien había recibido críticas por supuestamente infravalorar las protestas que luego estallaron en los asaltos a la capital.
Entre las piezas que fueron destruidas o estropeadas por los adherentes de Jair Bolsonaro, se encontraron obras de elogiados artistas como Emiliano Di Cavalcanti, Jorge Eduardo y Bruno Giorgi, además de un reloj de Balthazar Martinot, de los cuales solo hay dos en el mundo. Acá, el balance de las autoridades en torno a los daños.
El ministro de Justicia de Brasil, Flávio Dino, dijo que era indiscutible que personas vinculadas a los agronegocios participaron en los actos del domingo en Brasilia, pero advirtió contra acusar a todo el sector de estar involucrado en los incidentes.
Empresarios, exprofesores universitarios y militares también forman parte del grupo de bolsonaristas que invadieron las sedes de los poderes del Estado el domingo.
Anderson Torres estaba a cargo de la seguridad pública en Brasilia durante la invasión del domingo a edificios gubernamentales.
El exmandatario brasileño, que se encuentra en Florida, fue ingresado en un hospital en Orlando con "dolor abdominal", un día después de que sus seguidores cometieran el peor ataque contra las instituciones estatales desde el regreso de la democracia al país, en la década de 1980.
El ministro de Defensa y el jefe del Gabinete de Seguridad Institucional enfrentan cuestionamientos del oficialismo por su supuesta “inacción”. Más complicados se encuentran el gobernador y el secretario de Seguridad de Brasilia, ambos vinculados con Bolsonaro.
A través de la red social Gettr, Steve Bannon calificó a los seguidores de Jair Bolsonaro como los “luchadores por la libertad de Brasil”.
"Quiero decirles que todas las personas que hicieron esto serán encontradas y serán castigadas”, dijo el presidente brasileño. "Y ustedes saben que hay varios discursos del expresidente alentando eso", comentó Lula en alusión a Jair Bolsonaro. Sin embargo, el exmandatario negó su responsabilidad y comparó la invasión con actos "realizados por la izquierda".
El presidente brasileño, que asumió el domingo, firmó un decreto que restablece el Fondo Amazonía y habilita el uso de 3.300 millones de reales (US$ 620 millones) en donaciones internacionales para combatir los delitos ambientales en esa región.
