Tras abandonar la Unión Europea el 31 de enero, el Reino Unido está en un periodo de transición hasta finales de año durante el cual negocia un acuerdo de libre comercio con Bruselas que rija sus futuras relaciones.
29 sep 2020 05:50 PM
Tras abandonar la Unión Europea el 31 de enero, el Reino Unido está en un periodo de transición hasta finales de año durante el cual negocia un acuerdo de libre comercio con Bruselas que rija sus futuras relaciones.
La exprimera ministra que dirigió el gobierno de 2016 a mediados de 2019, en plena negociaciones del Brexit, advirtió que no votaría por el texto propuesto por su sucesor Boris Johnson, ya que “comporta daños incalculables para la reputación del Reino Unido” y lo recriminó por poner en peligro la paz en Irlanda del Norte
El proyecto de ley del Mercado Interno tendrá una jornada crucial mañana, cuando el Parlamento vote una enmienda clave. De ser aprobado el proyecto, considerando que los conservadores tienen mayoría, pasará a los Lores, donde se prevée que enfrente más dificultades y eventualmente sea rechazado.
El primer ministro se niega a modificar su controvertido “proyecto de ley de mercado interior”, que anula parte de las disposiciones establecidas por el acuerdo de divorcio con Bruselas, en vigor desde la salida británica del bloque el pasado 31 de enero.
Esta semana tiene lugar en Londres la octava ronda de negociaciones entre británicos y europeos en busca del célebre tratado de libre comercio que debía regir su futura relación económica a partir del 1 de enero, cuando termine el periodo de transición posbrexit.
El gobierno de Boris Johnson presentará hoy un proyecto de ley que invalidaría partes del protocolo para Irlanda contemplado en el acuerdo de retirada firmado el año pasado entre Londres y la Unión Europea.
La última novela de Jonathan Coe, no solo cierra magistralmente la trilogía iniciada hace 20 años con El club de los canallas, sino que resume en sus 528 páginas, mejor que cualquier tratado político o social las razones que llevaron a Reino Unido a abandonar la Unión Europea. Y de paso convierte a Coe en el mejor cronista de la Inglaterra de fines del siglo XX y principios del XXI.
El gobierno británico afirmó que “no negociará ningún acuerdo en el que el Reino Unido no tenga el control de sus propias leyes y de su vida política”.
Con esta decisión, el bloque culmina el proceso de un mes para definir las "líneas rojas" que su negociador, el excomisario francés Michel Barnier, tendrá que seguir en sus contactos en Londres y queda a disposición de la parte británica para arrancar las conversaciones formales.
La solicitud abriría la puerta para que se devuelva, entre otras cosas, los mármoles del Partenón, que han sido objeto de controversia por décadas.
Los eurodiputados tendrán la última palabra en el acuerdo que tienen que negociar en marzo Bruselas y Londres a causa del Brexit.
Las cifras oficiales mostraron un crecimiento cero en el cuarto trimestre en comparación con el periodo anterior.
Según indicó el Primer Ministro británico, no hay necesidad de un acuerdo de libre comercio que implique aceptar las reglas de la Unión Europea en políticas de competencia, subsidios, protección social, medio ambiente o cualquier cosa similar "más allá de la obligación que la Unión Europea debería tener de aceptar las reglas de Reino Unido".
El estandarte removido del Consejo Europeo será trasladado hasta el Museo de la Historia Europea donde será exhibido.
La primera ministra, Nicola Sturgeon, anunció que convocará una reunión de diputados regionales, nacionales y antiguos eurodiputados para debatir los futuros planes y ha confirmado que pedirá a la Comisión Electoral que comience a estudiar la pregunta de la hipotética segunda consulta.