Por cada 10 santiaguinos hay solo una ave silvestre en la ciudad. Antes, hubo millones. A cargo del primer estudio de envergadura urbana en Chile, Juan Luis Celis está siguiéndoles la pista a palomas, zorzales, chercanes, cometocinos y a varias otras especies que trinan escondidas en parques y plazas capitalinas. "Las aves son un indicador del estado del medio ambiente. A través de ellas podemos saber si en Santiago estamos haciendo las cosas bien... o mal", dice este agrónomo postdoctorado en Ecología.