Bolivia vive su propia crisis social y política. Después de unas controvertidas elecciones en las que el presidente Evo Morales se declaró triunfador para un nuevo mandato en primera vuelta, un primer estallido social terminó por motivar su renuncia, acusando un Golpe de Estado. Con Morales partiendo a México, un segundo estallido, esta vez liderado por los partidarios del líder boliviano, agregó más inestabilidad y violencia a un escenario más que complejo. Ahora, mientras el gobierno interino liderado por la senadora Jeanine Añez intenta tomar el control y convocar a elecciones, el panorama en el país vecino es incierto. ¿Se acabó la era de Evo Morales o se fue para regresar? ¿Quiénes pretenden liderar a Bolivia ahora? ¿Fue Evo Morales removido por un golpe de Estado?
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La expresión de la presidenta de la Unión Demócrata Independiente, Jacqueline van Rysselberghe fue una de las postales de la madrugada del viernes pasado, cuando la mayoría de los partidos políticos anunciaron el acuerdo que sellaba el camino para un nuevo proceso constituyente. En la intensa negociación, la UDI se vio obligada a ceder hasta un punto que hasta hacía tres semanas era inimaginable. Ahora, el partido fundado por Jaime Guzmán debe transitar entre lo dogmático y lo pragmático para enfrentar el proceso electoral que viene. Todo, con la amenaza de un exmilitante por el flanco derecho: José Antonio Kast.
Una nueva Constitución y una consulta popular para decidir sobre una eventual Asamblea Constituyente. Era una lista de deseos corta pero ambiciosa, que particularmente un conglomerado político venía enarbolando desde hacía años: El Frente Amplio. Considerando que en el acuerdo político transversal anunciado la madrugada del viernes por la gran mayoría de los partidos y movimientos desde la derecha hasta la izquierda planteaba justamente eso, un observador externo podría haber esperado un carnaval en el Frente Amplio. Pero lo que sucedió fue lo contrario. ¿Por qué el acuerdo del viernes pasado tensionó tanto al Frente Amplio? ¿Qué puede pasar con ese bloque político en la campaña hacia el plebiscito de abril?
En las masivas movilizaciones desatadas en el país desde el 18 de octubre, llamó la atención la ausencia de banderas de partidos políticos. Pero también la presencia de las banderas de las principales barras de los equipos chilenos. En la estatua del General Baquedano, la Garra Blanca y Los de Abajo compartían espacio y regalaban imágenes que en un estadio serían impensables. Pero no fue su única figuración en la crisis socia. Su boicot al reinicio del campeonato profesional de fútbol en el país, con presiones y amenazas, comenzó a levantar suspicacias sobre su papel en las movilizaciones y en la violencia. La detención de un menor de 16 años en La Florida acusado por participar en el atentado incendiario en la Estación Metro Pedrero aumentó las sospechas cuando se reveló que el estudiante pertenecía a una facción de la barra de Colo colo. ¿Existe realmente una conexión entre las barras y la violencia de estas semanas? ¿Cuál ha sido históricamente la relación entre las barras y la política? ¿Qué papel han tenido las barras bravas en estas movilizaciones sociales?
Hace casi un mes, en el inicio de la crisis social y política que aún vivimos, varios alcaldes comenzaron a sacar la voz para interpretar las demandas populares. Al cabo de unas semanas, agrupados en la Asociación Chilena de Municipalidades, anunciaron la realización de un plebiscito sobre un cambio de constitución, sobre el procedimiento para avanzar en ese camino, y sobre las prioridades de la llamada agenda social. Ayer, antes de que el oficialismo y la oposición anunciaran un acuerdo sobre el mecanismo para crear la nueva Constitución, las municipalidades continuaban avanzando en su propia consulta popular, que debería realizarse el 7 de diciembre. ¿Qué futuro tiene el plebiscito comunal?
El martes fue una "intervención verbal". Ayer el Banco Central decidió intervenir para detener el aumento del dólar, que esta semana llegó al récord de $ 800. El propio banco dijo que el objeto de la medida es "mitigar eventuales tensiones" producidas por "los acontecimientos sociales recientes" combinadas con "la menor liquidez que usualmente se observa en la última etapa del año". El alza del dólar y su impacto en la economía es solo una de las consecuencias en este ámbito de la crisis derivada de lo ocurrido tras el estallido social y el inicio de la violencia el 18 de octubre. Ya después de tres semanas de movilizaciones, los mercados empiezan a acusar el golpe del frenazo de la actividad económica, de la caída de las inversiones, del desplome de las expectativas y del proyectado impacto en el empleo de los chilenos. ¿Cuánto está costando en lo inmediato esta crisis social, política y de seguridad pública? ¿Qué se proyecta que suceda? ¿Cómo se mide este impacto hasta ahora?
Cuando la crisis social, las protestas y los hechos de violencia, saqueos y ataques incendiarios comenzaron a sacudir el país, hace más de 20 días, el énfasis del gobierno estuvo en los asuntos de seguridad nacional. Al cabo de tres caóticos días, el mensaje desde La Moneda comenzó a girar en torno a conceptos como "agenda social", "nuevo pacto social" y "escuchar con humildad". Ayer la seguridad pública volvió a situarse en el centro de la agenda política. A primera hora, la vocera de gobierno, Karla Rubilar, dijo que los carabineros estaban "al límite". Luego, la alcaldesa de Providencia, Evelyn Matthei, advirtió que en un escenario en el que la fuerza pública no había sido capaz de devolver la seguridad a las calles, la gente iba a empezar a armarse. Luego, el Presidente Sebastián Piñera anunció al país una nueva agenda de seguridad, con medidas como un proyecto de ley antisaqueos, una legislación antibarricadas y medidas para fortalecer el trabajo de las policías y el sistema de Inteligencia. El día anterior, los saqueos y barricadas ardiendo en Providencia habían dejado claro que la violencia era un problema activo y hasta ahora insoluble para el gobierno. ¿Estamos ad portas de una escalada violenta entre civiles? ¿Qué sistema de Inteligencia está informando al gobierno?
Fue uno de los rostros más apuntados y una de las caídas más demandadas en las consignas de las masivas manifestaciones sociales en Chile en las últimas semanas. La frase "Renuncia Chadwick" terminó por cumplirse: El presidente Sebastián Piñera terminó destituyendo a su poderoso ministro del Interior la semana pasada, en el marco de un cambio de gabinete mayor. Pero los problemas de Andrés Chadwick no terminaron ahí. Hace unos días, un grupo de diputados de oposición formalizó una acusación constitucional contra el ex secretario de Estado por su eventual responsabilidad en las violaciones a los derechos humanos por parte de las fuerzas policiales en el marco de las protestas y la violencia en las calles desde el 18 de octubre.
Hasta hace tres semanas, el gran problema del metro era que demasiada gente lo ocupaba al mismo tiempo. Tradicionalmente querido y valorado por la ciudadanía y motivo de un orgullo casi chauvinista cuando se lo comparaba con el de otras capitales, Metro de Santiago ha sido además celebrada como un ejemplo de empresa pública eficiente. Luego, a mediados de octubre, sucedió lo que todos sabemos: el alza de $30 en la tarifa de hora punta, las evasiones masivas, el descontento de muchos usuarios y, la noche del 18 de octubre, el ataque incendiario contra varias estaciones de manera simultánea. Mientras la Fiscalía aún investiga esos ataques, el Metro de Santiago ha trabajado para reabrir en parte su red. En Crónica Estéreo echamos un vistazo al estado de las cosas en el Metro hoy y a la situación de uno de los grupos de santiaguinos que han sufrido de cerca todo esto: sus trabajadores.
Después de dos semanas de protestas masivas en varias ciudades de Chile, enarbolando una serie de demandas en los carteles, consignas, entrevistas y encuestas, una idea se ha posicionado con claridad: la queja contra la actual Constitución chilena. Ahora, varios actores políticos que no favorecían la idea de reemplazar la Carta Fundamental declaran que parte de la solución a la crisis pasa por ahí. El propio gobierno tampoco la ha descartado de plano. ¿Qué tendría que pasar para que Chile avanzara institucionalmente hacia una nueva Constitución? ¿Cómo llegó una demanda que hasta hace unas semanas no figuraba entre las preocupaciones sociales de la ciudadanía a instalarse como un potencial camino de solución a la crisis?
El reclamo por las bajas pensiones, y principalmente contra el sistema mismo de su administración, ha estado en el centro de las demandas sociales desde el inicio de las movilizaciones que tras dos semanas siguen manteniendo al gobierno en jaque y al sistema político en crisis. Pero no es el único que afecta a los adultos mayores de nuestro país y, por definición, a todos nosotros. La desigualdad en general, la pobreza, la discriminación, el acceso a la salud, el precio de los medicamentos y en general la pobre calidad de vida son problemas que encuentran su expresión más cruda y dramática en los adultos mayores. En un país donde la población de este rango ha crecido en un 70% en los últimos 25 años y donde se espera que para 2050 uno de cada 3 chilenos sea adulto mayor, mirar a los más viejos se transforma en una tarea urgente.
Desde el comienzo de las manifestaciones que cambiaron la historia del segundo mandato de Sebastián Piñera, el ahora exministro del Interior, Andrés Chadwick, estuvo en la mira de muchas de las consignas. Por lo mismo, removerlo de su cargo fue una demostración de que el presidente había admitido la gravedad de la crisis y el peso de las protestas. La persona que ocupa ese cargo desde el lunes pasado el mediodía debe lidiar con la pesada herencia y la sombra de su antecesor, en un país aún sacudido por las manifestaciones y por las preocupantes denuncias de atropellos de derechos humanos durante estas semanas. ¿Quién es Gonzalo Blumel? ¿Cuál era su destino hasta el lunes a mediodía y por qué cambió de golpe?
La primera semana tras el estallido de la crisis social y las protestas en Chile terminó con una contundente demostración de fuerza popular: una histórica marcha que reunió a cerca de 1.2 millones de personas en el centro de Santiago, y que se replicó en varias otras ciudades de Chile. Mientras el sistema político y las autoridades buscan una salida a la crisis, el mundo sigue mirando con interés lo que pasa en Chile. En este capítulo de Crónica Estéreo revisamos la opinión de la Premio Nobel de Economía 2019 Esther Duflo sobre la situación chilena, y la del economista surcoreano de la Universidad de Cambridge Ha Joon Chang. Ambos apuntan a la desigualdad como un factor relevante a la hora de calificar la situación económica chilena. En la segunda parte de este capítulo: El Canto de los que no sobran. Los himnos de estas manifestaciones y el rol de la música popular en el movimiento social.