El Joker de Joaquin Phoenix, para decirlo sin eufemismos, es una lata. Peor que eso, es uno con alma millennial: estresado, infeliz, con problemas de autoestima, baja tolerancia a la frustración, débil, inseguro para lidiar con las relaciones sociales e hipersensible. Como si fuera necesario justificarlo.
7 oct 2019 07:22 PM