El excomandante en jefe del Ejército testificó ante la jueza que investiga el fraude en esta rama castrense que anualmente recibía poco más de $ 72 millones por concepto de gastos reservados en efectivo. Parte de ese dinero lo manejaba en un maletín, pero cuando eran cantidades menores, entre $ 3 y $ 4 millones, los billetes los llevaba en su bolsillo. Los recursos se usaron para fines distintos a la seguridad nacional, como, por ejemplo, costear las necesidades de Lucía Hiriart, quien a veces lo llamaba para pedirle "apoyo económico".