Con el apoyo de las clases populares, para quienes encarnaba los anhelos de efectivos cambios sociales, Arturo Alessandri Palma fue elegido Presidente tras un duro proceso electoral. Un ambiente agitado -muertos incluidos- y hasta una guerra que resultó ser ficticia, llevaron a que fuera un Tribunal de Honor el que terminara por dirimir los comicios.
El alcalde se ha transformado en un dique de contención de las críticas al gobierno y a Chile Vamos en general. El protagonismo de Lavín ha aportado inmunidad al Presidente Piñera frente a José Antonio Kast, hoy por hoy uno de los mayores detractores de su administración.
"Piñera le dio una salida oficial a la carrera presidencial en Chile Vamos", dijo el presidente de Evópoli, Hernán Larraín Matte. En tanto, timoneles y presidenciables del sector creen que no hay favoritos en La Moneda y que sí hay prescidencia.
El alcalde de Las Condes, Joaquín Lavín, y el líder del Partido Republicano, José Antonio Kast, compartieron militancia en la UDI pero nunca tuvieron una buena relación. De hecho, son varios los que los colocan en mundos contrapuestos. Ayer, en tanto, Lavín salió al paso de la críticas que Kast había realizado en los últimos días.
Faltan dos años para que se dé inicio "formal" a la carrera por La Moneda, y en el bloque oficialista ya se afilan los colmillos. En RN ya se aspectan tres candidatos -Allamand, Manuel José Ossandón y Francisco Chahuán-, cuyos movimientos apuntan a ser el abanderado único del partido. La UDI, en tanto, está a la espera del alcalde Joaquín Lavín. Y Evópoli apuesta nuevamente por Felipe Kast.
Incluso después de los comicios, el panorama se mantendrá difuso, pues no está claro cómo los postulantes al Palacio de Planalto enfrentarán los desafíos que enfrenta el gigante sudamericano.
Iván Duque, la carta preferida de los inversionistas, se impuso con un 54% en los comicios de ayer.
Se sumaron a críticas del PC, aunque reconocieron también responsabilidad de los partidos.
Se sumaron a críticas del PC, aunque reconocieron también responsabilidad de los partidos.
El plebiscito fue un acontecimiento político, pero para mis cercanos y coetáneos, también fue un hito emocional. Ese país que a mí me tocó vivir ya casi no existe, aunque en algunos ambientes parece haber sobrevivido intacto, conservado al vacío.
El plebiscito fue un acontecimiento político, pero para mis cercanos y coetáneos, también fue un hito emocional. Ese país que a mí me tocó vivir ya casi no existe, aunque en algunos ambientes parece haber sobrevivido intacto, conservado al vacío.
