Podemos entrever un futuro tan promisorio como el que imaginó Galileo al apartar el telescopio, desconcertado y aturdido, tras contemplar por vez primera las intimidades que la anatomía lunar dejaba al descubierto en una clara noche florentina.
José Edelstein, académico de la Universidad de Santiago de Compostela, y Andrés Gomberoff, académico de la Universidad Adolfo Ibáñez
12 feb 2016 03:15 PM