Las protestas se producen después de un fin de semana de concentraciones, incluyendo una el domingo que terminó en choques con las fuerzas del orden cuando algunos manifestantes enmascarados atacaron a la policía, quienes respondieron con uso de gas pimienta.
La Oficina de Turismo priorizará la seguridad de los visitantes, y por eso los lanzarán desde los rascacielos en lugar de hacerlo desde el puerto, como todos los años.
En una rueda de prensa en la capital del gigante asiático, donde se encuentra desde el pasado sábado, la autoridad desgranó a los líderes chinos la situación en la excolonia británica, que según ella ha mejorado pese a reconocer "problemas de raíz".
Lo que empezó en junio como una protesta contra la ley de extradición se ha transformado en un movimiento contra la represión policial y a favor de la democracia.
Organizada por el organizada por el Frente Cívico para los Derechos Humanos, la misma que encabezó la masivas movilizaciones de junio y julio, la manifestación busca presionar al gobierno de Carrie Lam para que acepte las demandas de reformas democráticas e investigación a la represión policial. De lo contrario, se amenaza con bloquear el transporte público este lunes.
Sin embargo, el presidente estadounidense aseveró que las autoridades chinas quieren llegar a un acuerdo.
Aunque en gran parte pacífica, la masiva manifestación en la ciudad derivó en enfrentamientos con la policía. Las demandas se concentran en obtener mayor participación política y el cese a la represión.
Los cuerpos policiales de Francia, España, Colombia y Hong Kong se han visto fuertemente cuestionadas por su actuar en protestas sociales, con un uso excesivo de la fuerza. En Brasil, el debate por una desmilitarización de la policía se ha incrementado, mientras que en EE.UU. la policía de dos ciudades tuvieron que ser reformadas ante las denuncias de un trato racista hacia la comunidad afroamericana.
Eran los últimos de las aproximadamente 1.100 personas que se retiraron al interior del campus tras enfrentarse a las autoridades. Unos pocos lograron burlar el cordón de la policía, que dijo que detuvo a 810 y tomó los datos de 300 menores que podrían enfrentar cargos más tarde.
Beijing cuestionó el apoyo a las protestas por parte de Washington, lo que coincide con un momento clave de la guerra comercial.
Beijing amenazó a Washington con "represalias" después de que Trump promulgara normas que respaldan a los manifestantes.
Esto, luego de que el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, promulgara dos propuestas de ley, una de las cuales contempla sanciones económicas sobre el núcleo financiero asiático y acciones diplomáticas sobre funcionarios chinos y hongkoneses declarados culpables de violaciones de derechos humanos.
La ley promulgada por Washington "es una abominación absoluta y oculta intenciones siniestras", estimó el ministerio de Relaciones Exteriores chino, en un comunicado en el que no especifica qué medidas podría tomar Beijing.
La universidad, localizada en la península de Kowloon, se convirtió en un campo de batalla a mediados de noviembre, cuando los manifestantes se atrincheraron y se enfrentaron a la policía en un duro intercambio de molotov, carros lanza agua y lacrimógenas.
Carrie Lam habló un día después de que los resultados mostraron que los candidatos prodemocráticos lograron casi el 90% de los 452 escaños del consejo distrital en las elecciones del domingo.
