En la canción que abre el disco Plastic Ono Band (1970), un dolido John Lennon ajustó cuentas con su pasado. Inspirado tras seguir una terapia psicológica con el doctor Arthur Janov, el músico miró atrás en busca de su dolor más profundo: el abandono de Fred, su padre marino mercante, y la separación de Julia, su jovial madre, que le significó ser criado por una severa tía. Aunque años después se reencontró con ella, la perdió definitivamente tras su trágica muerte. Con el triste final de los Beatles, aún latente, Lennon superó su hora más compleja con un descarnado cancionero confesional y crudo.