Partió como defensora de los derechos humanos en 1974, hoy es una curiosa mezcla de evangelizadora católica, feminista, defensora de la lucha pacífica por los derechos del pueblo mapuche y una voz conciliadora en medio de un paisaje enrarecido con sones de guerra. Cree en Alfredo Moreno y afirma que Camilo Catrillanca es un muerto más de una larga cadena.
ximena torres cautivo / fotografías mauricio ascencio
7 dic 2018 05:20 PM