En los confusos comienzos de la transición, los rebeldes del FPMR, los atrevidos, los que estaban seguros de tener la razón, imaginaban que Chile estaba en condiciones para entrar en un proceso revolucionario. Solo hacía falta detonarlo. Para ellos no había diferencia entre Pinochet y Aylwin y estaban seguros de que los aparatos de la policía política jamás serían desmontados.
Ascanio Cavallo
24 ago 2019 03:14 PM