Los opresores hoy son derrocados con menos frecuencia que los de ayer y, cuando se van, dejan un caos difícil de gobernar.
14 jun 2023 08:20 PM
Los opresores hoy son derrocados con menos frecuencia que los de ayer y, cuando se van, dejan un caos difícil de gobernar.
Nuestro lenguaje sigue evolucionando y esto sirve para expresar nuevos valores.
Ciertamente nuestras sociedades no están listas para lo que se nos viene encima como resultado de las aplicaciones de la inteligencia artificial.
El primer ministro de Israel y el Presidente de México están intentando cambiar la política de su país de manera profunda, y ambos lo están haciendo de una manera profundamente antidemocrática.
Moisés Naím, uno de los columnistas más leídos en idioma español, viaja hace 32 años a Davos para participar del foro que congrega a jefes de Estado, empresarios y ejecutivos de las empresas más importantes del mundo. En la pequeña ciudad de las montañas suizas, el autor de "La revancha de los poderosos" conversó con La Tercera sobre lo que la cita 2023 va dejando en limpio, y su mirada de Latinoamérica y Chile en el contexto global.
En la medida en la cual la falta de resultados concretos de los “políticos de siempre” le abre la puerta a líderes populistas que basan su poder en la polarización y las mentiras, la utilización de las guerras culturales y farsas disfrazadas de revoluciones se va a hacer más frecuente.
Solo imponiendo altos costos monetarios, legales y reputacionales podrá defenderse la sociedad ante la manipulación de la realidad colectiva.
Por dramática que nos pueda parecer la cleptocracia, no es la principal amenaza de la corrupción a gran escala. Ciertos países van más allá y se convierten en estados mafiosos.
Ni China, ni ningún país asiático. El campeón mundial será Guyana.
Las estadísticas, reportes y evidencias del deterioro de la democracia en el mundo son sorprendentes y preocupantes. Pero más sorprendente aun es la falta de respuestas y la inacción ante los embates de las fuerzas antidemocráticas.
La pandemia nos ha deparado muchas sorpresas. Una de estas, es la mayor conciencia que ahora hay sobre la propia mortalidad y las reacciones que ello suscita.
El grueso de las inversiones necesarias en su batalla contra el cambio climático tendrá que venir de los contribuyentes de los países ricos.