Los rusos se acostumbraron durante mucho tiempo a verlo como un líder débil que fue engañado por Occidente.
Mark Trevelyan/Reuters
31 ago 2022 01:55 PM
Los rusos se acostumbraron durante mucho tiempo a verlo como un líder débil que fue engañado por Occidente.
Mientras la UE espera aumentar su participación en la producción mundial de microprocesadores del 10 % al 20 % hacia 2030, EE.UU. promulgó una ley para mejorar su producción y no depender de Asia.
Si hay algo en lo que el magnate de origen sudafricano parece estar empeñado en lograr es ser el primero. No solo lidera la lista Forbes de los hombres más ricos, también fue pionero en lanzar y devolver con éxito una nave espacial desde la órbita terrestre baja, así como en anunciar la primera misión tripulada a Marte. Ese deseo lo ha transformado en un ícono del poder incalculable.
“Las barreras económicas que Estados Unidos y Europa impusieron contra Rusia no funcionaron”, dijo el presidente brasileño a sus partidarios, antes de añadir que su posición hacia Putin y la guerra es “de equilibrio”. Bolsonaro sostuvo que esa postura le había permitido adquirir fertilizantes, un insumo clave para el vasto sector agrícola de Brasil, provenientes de Rusia.
“Finalmente, se siente que la artillería occidental, las armas que recibimos de nuestros socios, han trabajado muy poderosamente. Su precisión es exactamente como debería ser”, explicó el mandatario en su mensaje diario a la población ucraniana.
A más de cuatro meses del inicio de la invasión de Rusia al país vecino, Moscú ha debido concentrar su estrategia militar en el Donbás. Expertos creen que el Kremlin podría continuar logrando ganancias incrementales en las provincias de Donetsk y Luhansk. O las líneas de batalla podrían endurecerse hasta convertirse en un punto muerto que se prolongue durante meses o años. El tema clave parece ser el suministro de armas de Occidente a Kiev.
“Hemos comentado repetidamente los planes de los estadounidenses y los europeos para suministrar a Ucrania con nuevas armas (...) Nos parece absolutamente contraproducente y dañino. Cuantas más armas se introduzcan en Ucrania, más durará el conflicto y la agonía del régimen nazi”, declaró el ministro de Exteriores de Rusia, Sergei Lavrov.
El mandatario turco Recep Tayyip Erdogan dijo que “los países de altos ingresos acogen una media de 2,7 refugiados por cada 1.000 personas, mientras que los de ingresos medios y bajos acogen a 5,8 refugiados, según la ONU". Agregó, en la Conferencia Parlamentaria Mundial sobre Migración, que "las naciones desarrolladas no asumen ninguna responsabilidad ante la profundización de la crisis humanitaria”.
Ante la posibilidad de que las armas tarden varias semanas en llegar, las tropas ucranianas enfrentan un periodo prolongado de inclementes combates, aseguraron algunos analistas militares. “Esta inyección de armas traerá más sufrimiento a Ucrania, la cual es una simple herramienta en manos de esos países que la abastecen de armas”, dijo el portavoz del Kremlin, Dmitry Peskov.
“El suministro de armas pesadas a Ucrania es la mejor inversión para mantener la estabilidad en el mundo y prevenir muchas crisis graves que Rusia aún está planeando o ya ha provocado”, señaló el mandatario ucraniano. Zelensky dijo que desde el pasado 24 de febrero han muerto casi 30.000 soldados rusos y más de 200 aviones han sido derribados.
Si bien el régimen de Xi Jinping asegura que está dispuesto a jugar “un papel constructivo” en la crisis, ha evitado condenar la “operación militar especial” de Vladimir Putin. Expertos difieren del riesgo de que China quede aislada de Occidente si establece un nuevo eje con Rusia.
Una invasión a Ucrania desencadenaría sanciones radicales que paralizarían las pocas industrias del conocimiento que tiene Rusia y las acercaría a China.
Tal como en 2014, cuando Rusia se anexó la península de Crimea, en el territorio ucraniano soplan vientos de guerra. En las últimas semanas Moscú ha enviado miles de tropas a la frontera ante la “amenaza” que supone una “occidentalización” perdurable de Ucrania. Expertos sostienen que Vladimir Putin ve a su vecino como un obstáculo político e ideológico. Las pugnas entre ambas partes se remontan a comienzos del siglo XX y a la era soviética.