Tras la crisis del sistema parlamentario, que derivó en la salida temporal del Presidente Arturo Alessandri, desde varios grupos de la sociedad surgió la idea de convocar a una asamblea constituyente. Inicialmente, el "León de Tarapacá" también suscribió a la iniciativa. Por ello, como paso previo, un grupo de organizaciones sociales decidió reunirse para deliberar un proyecto de constitución, en lo que se conoció como la "Constituyente chica". En cuatro días de marzo de 1925, estudiantes, obreros, intelectuales y feministas debatieron ideas para una carta fundamental. Pero finalmente, el proyecto no prosperó y la iniciativa quedó en el olvido.