La película tuvo una buena recepción en una de las secciones del certamen. Para agosto se espera su llegada a Chile.
20 may 2022 12:43 PM
La película tuvo una buena recepción en una de las secciones del certamen. Para agosto se espera su llegada a Chile.
El documental de Patricio Guzmán sobre el Chile post estallido y la ópera prima de Manuela Martelli encabezan el despliegue nacional en la 75° versión del festival francés, que fortalece su presencia con un cortometraje sobre una mujer trans y una coproducción con un director ucraniano. El encuentro arranca hoy con nuevas cintas de los hermanos Dardenne, David Cronenberg y Park Chan-wook y el Elvis de Baz Luhrmann.
El mundo del cine internacional nuevamente posa sus ojos en Chile gracias a la cinta “La cordillera de los sueños'' (2019) del aclamado director Patricio Guzmán. El film fue premiado con el Goya a Mejor Película Iberoamericana, convirtiéndose en el primer documental que triunfa en esa categoría y la quinta vez que una película chilena se alza como ganadora.
El Museo de Arte Latinoamericano de Buenos Aires exhibirá 15 de sus filmes durante febrero. A fines de marzo, el documentalista chileno que hoy compite por el Premio Goya será el foco de una retrospectiva en el Festival de Cine Latinoamericano de Toulouse (Francia).
Recién nominado a los Premios Goya por La Cordillera de los Sueños, el director chileno radicado en Francia habla con Culto sobre su siguiente documental. Una cinta en que estudia el proceso constituyente del país y en que prevalecen las voces femeninas entre los entrevistados, incluido el colectivo feminista Lastesis y Elisa Loncón. “Es estupendo tener este abanico de mujeres”, dice sobre el largometraje que hoy se encuentra en fase de montaje y estará listo en 2022.
El más reciente documental del realizador nacional fue seleccionado entre los cuatro finalistas a Mejor Película Iberoamericana por la Academia de las Artes y las Ciencias Cinematográficas de España. La misma categoría que premió a El agente topo de Maite Alberdi en la última edición de la ceremonia.
El último trabajo del experimentado director, quien por estos días hizo noticia con el estreno en TV abierta de su obra La batalla de Chile, fue el filme escogido para participar en el certamen español como Mejor Película Iberoamericana. Tal como con El Agente Topo el año pasado, la Academia de Cine de Chile vuelve a apostar por un documental nacional.
La nominación del filme de Maite Alberdi a los Oscar marcó un hito para el cine chileno de no ficción, pero enseguida se asoman una oleada de documentales diversos y sólidos que revelan un panorama vigoroso. Mientras Patricio Guzmán sigue rodando su nueva película, vienen cintas sobre Sergio Larraín y Vicente Ruiz, más retratos sobre la vejez y una secuela de Chicago Boys.
Vigente desde abril de 1951, la histórica revista de cine francesa ha celebrado a dos directores chilenos en su portada: Ruiz, en un homenaje a su carrera en 1983, y Pablo Larraín, cuando estrenó Jackie. La publicación también revisó con insistencia las películas locales de los 2000, como En la cama, Play, La sagrada familia y La nana, y títulos recientes como La cordillera de los sueños y Ema.
El sitio web que ofrece películas chilenas subió de 35 mil a 300 mil reproducciones por mes durante el año. En diciembre debutan los filmes La Cordillera de los Sueños y Algunas Bestias.
El comentarista fílmico y también escritor acaba de publicar Cine Chileno en el Siglo XXI: ¿Qué Película te Gustaría Volver a Ver?, donde a través de 59 críticas entre el 2003 y el 2016 disecta y pondera las luces y sombras de la creación fílmica local. A su juicio, la gran brecha (o “herida”) de la producción nacional sigue siendo su desconexión con el público.
El crítico de cine publica Cine chileno del siglo XXI: ¿Qué película le gustaría volver a ver?, su libro de crónicas y reseñas. En la Feria del Libro de Santiago, lanzó esta obra que compila los textos críticos que ha escrito sobre diversas producciones nacionales en los últimos veinte años. Algunos directores de Chile, dijo, “tratan muy mal a su propia sociedad, a su propio mundo, y lo miran con mucho desprecio”.
Con cuatro décadas en el cuerpo, el recinto de calle Tarapacá es el único con programación diaria en medio de un desconfinamiento tímido. Butaca por medio, el espectador puede ver desde Patricio Guzmán a Tim Burton.
El cine de calle Tarapacá fue el primero en abrir con películas a sala cerrada y en formato tradicional. No caben más de 200 personas por razones sanitarias, pero público hay: tal vez el pregonado fin de las salas no es tal. No al menos como se anuncia.
La sala es la primera en regresar durante el proceso de desconfinamiento. En la función de las 19 horas el propio realizador presentará el premiado documental al público.