Verónica Cañunao Quidel, de 14 años, una noche de septiembre de 2010 soñó que el Dios Chaw Ngenechen le decía que sería machi. A partir de entonces tuvo que cambiar los jeans por un atuendo mapuche, las papas fritas por el locro, y dejar el colegio para empezar a levantarse todos los días a las cinco de la mañana y rezar mirando el cielo. Esto es solo el comienzo de toda la preparación que debe seguir una niña que ha sido elegida para convertirse en una verdadera autoridad religiosa del pueblo mapuche.
Revista Paula.
23 may 2012 04:58 PM