Por María Paz Salas / Producción: Belén Muñoz / Foto: Alejandra González
7 jul 2022 08:46 AM
Dicen que para tener buen sexo hay que dejar la mente de lado. Pero es un mito. Los expertos señalan que la sexualidad es una experiencia cognitiva y la mente es decisiva para pasarlo bien. Si queremos tener más orgasmos, entonces hay que entrenar el cerebro.
Las miradas van y vienen, sonríes al hablar, hay roces sutiles que te dan mariposas en el estómago, hablan mucho de cualquier cosa, el corazón te late a mil. Esa atracción intensa y sostenida que no solo es evidente para ti, también lo es para el resto. Sin duda es entretenido y apasionante, pero ¿y si te armas de valor para dar el primer paso?
Sondeo del Centro Miintimidad, señala que 61% de las parejas de aquellos que roncan, reconoce que su sueño y capacidad de descanso se ve alterada. Algo que para el 39% implica además, sentir mucha rabia. Especialistas dicen que muchas parejas llegan a terapia por esa causa.
El especialista francés fue comisionado por el Ministerio de Salud para llevar a cabo la segunda Encuesta Nacional de Salud, Sexualidad y Género, un trabajo que no se hacía desde 1998 y en el que también participó. Aunque el sondeo recién comienza, Bozon ya palpita algunos resultados: "Ya no tantas personas se dicen homosexuales o lesbianas, pero sí bisexuales".
Los datos corresponden a la Encuesta Nacional de Comportamiento Sexual, primer estudio a gran escala de esta temática realizado en 1998 y que después de casi 25 años contará con una segunda versión con una perspectiva más integral, en salud, sexualidad y relaciones de género.
La vida actual es intensa y a veces son tantas las responsabilidades que tenemos, que el placer se transforma en una más y nos genera peso, cansancio y frustración. Recuperar los espacios de intimidad con la pareja, logrando convalidar la rutina, los hijos, los trabajos y una buena lista de etcéteras no es tan difícil como parece. Las claves serán la flexibilidad y la comunicación.
Este acuerdo consensuado que involucra relaciones románticas y sexuales con más de una persona a la vez, no es tan impopular como se podría pensar. Nace con la revolución sexual en los años 60 y 70 del siglo XX y se populariza en los 90. Plantea que el amor no es exclusivo ni excluyente, y tampoco monógamo.
Tener veintitantos, dejar de desear tener sexo, no poder disfrutarlo y enfrentarse a la frustración de no poder llegar al orgasmo, puede llegar a ser muy complicado cuando además se atraviesa por una enfermedad mental, que afecta la manera en la que sentimos y percibimos el mundo. La dificultad pareciera salirse de las manos cuando el tratamiento de psicofármacos necesario para sanar este trastorno es el causante, en gran medida, de esta disfunción sexual.