PULSO
18 abr 2018 05:00 AM
Optimista respecto del futuro, pero atento a los riesgos, el presidente de SK, Juan Eduardo Errázuriz, cree que durante los próximos años Chile se juega un importante desafío: la posibilidad de llegar a ser un país desarrollado, objetivo para el cual es esencial, dice, multiplicar el desarrollo de la infraestructura.
El consorcio chileno-chino, integrado por Sigdo Koppers, China Railways Group Limited, y Latinoamérica Infraestructura, presentaron la iniciativa que pretende conectar ambas ciudades en 45 minutos.
El empresario advierte que si bien le interesa invertir en su país, es natural mirar afuera como alternativa. Además, sostiene que el gobierno debe colaborar en destrabar proyectos detenidos por "polarizaciones".
El objetivo es desarrollar iniciativas para la modernización de sistemas ferroviarios, nuevas líneas de Metro y túneles en América Latina.
La compañía —presidida por Juan Eduardo Errázuriz— recibió el premio al "Mejor proceso de internacionalización", entregado por U. Adolfo Ibáñez y Qué Pasa. Con el 40% de sus ventas generadas afuera, el empresario asegura que Chile aún goza de una imagen muy positiva en el exterior, aunque advierte que las reformas impulsadas generan dudas.
La compañía dijo que las razones de la muerte del mecánico de la empresa Sigdo Koppers están en proceso de investigación.
Al 30 de septiembre de 2012, la compañía posee activos por US$3.567 millones. Asimismo, mantiene una liquidez de US$177 millones en caja.
Sigdo Koppers reportó una utilidad neta por US$72,8 millones en los primeros seis meses de 2012, lo que da cuenta de su positiva posición como proveedor líder de servicios a la minería e industria.
La nueva planta considera una producción de 4.500 toneladas de piezas fundidas de desgaste (casting) en su primera etapa, proyectando llegar a las 9 mil toneladas para el 2014.
Los recursos habían sido destinados a la compra de la firma de origen belga Magotteaux, que se cerró en el mes de octubre pasado.