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Contexto
En los últimos años ha aumentado el cultivo de marihuana en Chile. Muchos agricultores se asocian en "cooperativas" para desarrollar el ilícito.
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Lo nuevo
Las policías están preocupadas porque estos "narcoagricultores" están utilizando actitudes de traficantes citadinos como la violencia y armas.
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¿Por qué es importante?
Chile, según cifras mundiales, es uno de los países con mayor consumo de marihuana tanto entre adultos como entre los adolescentes.
Bajo fardos de pastos en un camión que trasladaba caballos. Esa fue la “ingeniosa fórmula”, con que una banda criminal, en mayo pasado, intentó evadir los controles policiales y trasladar desde Ovalle, hasta la Región Metropolitana primero y luego a la del Biobío, 87 kilos de marihuana (avaluadas en $430 millones). El plan no resultó.
La Policía de Investigaciones (PDI) llevaba meses tras sus pasos. Y más allá de que se logró desarticular toda la organización -desde distribuidores y financistas-, la institución venía mostrando especial atención respecto del origen de esta droga: “narcoagricultores” nacionales.
Según datos que maneja la PDI, desde hace un poco más de tres años ha empezado un boom del cultivo de cannabis nacional. Antes la marihuana era importada fundamentalmente desde Paraguay y Bolivia. Luego el mercado empezó a ser apropiado por la “creepy”, proveniente de Colombia. Sin embargo, el cultivo nacional ha crecido explosivamente ante un mercado cada vez más exigente.
Si bien el cultivo de la marihuana en Chile ha aumentado desde la Región de Atacama hasta el Maule, en la Región de Coquimbo y Valparaíso, debido sobre todo al clima del lugar, es donde se concentran los mayores cultivos y se ven más particularidades respecto de un nuevo modus operandi. La pandemia del Covid-19 también ha estancado el ingreso de cargamentos con drogas al país desde otras naciones, lo que ha incrementado el mercado interno.
En las investigaciones se ha detectado que agricultores que antes se dedicaban al cultivo de otros productos, como papas, hortalizas, uva, vieron en la marihuana una oportunidad de “negocio” más rentable.
De esta manera, empezaron, como una forma de maximizar su labor, a asociarse entre ellos para el cultivo de cannabis, fundamentalmente entre conocidos y grupos familiares. Así armaron especies de “cooperativas” para el cultivo de la droga. También “narcoagricultores” , que antes trabajaban de manera aislada, con un bajo perfil y mantenían una producción baja, que servía específicamente para la comercialización local de esta droga en su sector, empezaron a unirse.
“Hoy en día vemos que estos narcoagricultores se han ido asociando principalmente en clanes familiares donde han ido formando una especie de cooperativa y los lleva a trabajar de una manera consolidada permitiéndoles una mayor producción de drogas”, explica Molina.
Estás bandas criminales de narcoagricultores han ido evolucionando. Esto ha tenido relación con las conexiones con los traficantes urbanos. Han ido formando una especie de orgánica respecto de su delito donde observamos jefe, personas que se dedican a los cultivos y cosecha de la planta, otras al acopio y otros realizan el transporte de la misma.
Felipe Molina, subcomuisario de la Brigada Antinarcóticos Metropolitana de la PDI
Esta nueva fórmula cada vez han ido evolucionando y eso preocupa a las policías. Desde la PDI explican, por ejemplo, que en la IV Región, los agricultores empezaron salir de sus propios terrenos para llevar el cultivo a la cordillera de la Costa, a lugares que en su mayoría pertenecen a Bienes Nacionales.
“Hay una implementación importante de medios logísticos para el cultivo de la cannabis en los sectores cordilleranos. Vemos la instalación de piscinas con agua, riego tecnificado, la utilización de fertilizante, lo que ha conllevado a una cannabis sativa de buena calidad y alto contenido de THC en sus unidades floridas, una droga tipo gourmet”, añade Molina.
Estos cultivos se encuentran en las laderas de estos valles transversales de estas regiones, donde los narcoagricultores aprovechan el sol del lugar y han introducido importantes elementos logísticos
Felipe Molina, subcomisario de la Brigada Antinarcóticos Metropolitana de la PDI
En los operativos policiales, se han encontrado con sorprendentes mecanismos para el cultivo de la marihuana. Con imágenes de drones las policías han visualizado el gran alcance de estas plantaciones. Durante los decomisos, en estas especies de “laboratorios” en los cerros, se ha podido detectar cómo incluso hay mecanismos para que quienes se preocupan del cultivo puedan alimentarse y pernoctar en esos lugares.
También han traslado tierra, fertilizantes y otros elementos para obtener plantas de hasta dos metros de altura. ¿Las semillas? La mayoría de “cepas europeas” conseguidas en grow shops (tiendas de cultivo).
Como el negocio de los narcoagricultores empezó a crecer, estos adoptaron conductas de traficantes urbanos. Ante la amenaza de quitadas de drogas y dinero adquirieron armamento para su seguridad y utilizan la violencia.
“Han incorporado a su delito la incorporación de armamento de fuego esto principalmente para resguardar su producción y los cultivos que mantienen. Esto ha generado mayor violencia, formando la tríada, drogas, armas y violencia”, explica Molina.
Además, los cultivos se están dando en el transcurso de todo el año y con esto, los narcoagricultores van proveyendo de manera permanente a las bandas criminales urbanas que comercializan esta droga en sectores poblacionales.
En las investigaciones, quienes forman parte de estos grupos, no reconocen su participación en una asociación ilícita y solo señalan que cumplen una función específica.
Actualmente un kilo de marihuana del que venden estos agricultores, según los policías, puede tener un precio de entre 2 y 4 millones de pesos. Este precio aumenta cuando los propios “narcoagricultores” ofrecen el servicio de traslado del producto hasta la misma puerta de los financistas.
Según datos del Plan Cannabis de la PDI, entre el 05 de mayo de 2020 y el 05 de mayo de 2021 se incautaron 15.690.622 dosis (gramos) de marihuana procesada, 9.620.231 más que en el mismo periodo anterior lo que representa un aumento de 158 puntos porcentuales. Además, se incautaron 293.453 plantas de cannabis, 201.236 más que el mismo periodo anterior, lo que representa un aumento 218 puntos porcentuales. La cantidad de detenidos aumentó de 4 a 42 y la cantidad de armas incautadas aumentó de 1 a 17.
Para el jefe de la Unidad de Adicciones de la Universidad de Chile, Carlos Ibáñez, el tema del aumento en el mercado de la droga es preocupante desde el punto de vista de la salud pública.
Según explica, en la última década en Chile se ha duplicado el consumo de marihuana entre menores de edad y también en adultos se ha incrementado el consumo de manera importante.
“La tendencia ha ido hacía el aumento, hasta convertirnos en el país con más consumo de marihuana en escolares y uno de los países de más consumo en adultos. Somos el primer lugar en la región”, señala el médico.
Ibáñez sostiene que el tema del mercado de la marihuana a nivel mundial ha ido cambiando a propósito de la legalización de esta en algunos estados de EEUU y en Canadá, además de la experiencia en Uruguay que ya cumple siete desde que se aprobó legislativamente.
La industria de la marihuana se ha ido consolidando como una industria legítima y que ocupa las mismas estrategias del tabaco y el alcohol para promocionar sus productos
Carlos Ibánez, jefe de la Unidad de Adicciones de la Universidad de Chile
Sin embargo, para el profesional lo anterior no ha impedido el aumento del narcotráfico. En el caso de Uruguay -cuyo modelo deja en gran parte la venta a las farmacias y restringe el acceso a la marihuana a menores de edad -, según Ibáñez, no existen datos genuinos que permitan establecer una disminución significativa del narcotráfico. Asimismo, explica que los medios de prensa de ese país han reportado un aumento de la violencia de las bandas para competir por el mercado ilegal.
En el caso del estado de Colorado, en Estados Unidos, según el experto, el modelo de apertura ha generado aumento del consumo “y todas las consecuencias negativas relacionadas a problemas de salud. Claramente tampoco ha disminuido el tema del narcotráfico, porque los menores de edad siguen comprando en el mercado ilegal y porque el mercado ilegal no paga impuestos y compite con el mercado legal”.
La opinión de los candidatos presidenciales
Ad portas de las primarias presidenciales en Chile algunos candidatos han planteado la opción de legalizar algunas drogas como la marihuana. El candidato del Partido Comunista, Daniel Jadue, sostiene en su programa de gobierno que “para dar un golpe al tráfico de drogas se legalizará la producción existente de marihuana “. Además sostiene que se “debatirá respecto de calidad y cantidad. Su comercialización deberá hacerse en expendios habilitados y bajo empadronamiento”.
Desde la otra vereda, el candidato presidencial de Evópoli, Ignacio Briones, dijo en el debate organizado por Chilevisión y CNN Chile el lunes 21 de junio pasado dijo estar a favor de legalizar el consumo de marihuana para “quitarle las rentas” a los narcotraficantes. En esa línea, apuntó a legalizar la marihuana, regular su venta y el autocultivo. “Respecto de la marihuana, creo que está en el ámbito de las libertades adultas regular esa venta, ser draconiano respecto a la venta a menores de edad y quitarle la renta a los narcos porque es quitarles poder”, dijo . “El autocultivo es una primera puerta porque corta el vínculo con el narco”, agregó.