Tras los ataques de Hamas contra Israel perpetrados el 7 de octubre pasado -en el que 1.139 personas murieron y 240 fueron secuestradas- y la subsecuente respuesta del gobierno de Benjamin Netanyahu -que ha dejado más de 35 mil palestinos muertos en la Franja de Gaza-, el historiador israelí Adam Raz escribió un artículo en el diario Haaretz que se centraba en la desconocida relación de cooperación durante 30 años entre el primer ministro y el grupo islamista.
“Dos o tres días después del comienzo de la guerra, antes de que las Fuerzas de Defensa de Israel comenzaran las maniobras terrestres en Gaza, escribí sobre esta historia y en el último párrafo dije algo así: ‘No cometa el error de pensar –incluso ahora– que mientras Netanyahu y su actual gobierno sean responsables de tomar decisiones el régimen de Hamas colapsará. Habrá muchas conversaciones y pirotecnia sobre la actual guerra, pero sostener a Hamas es más importante para Netanyahu que unos pocos kibbutzniks (personas que viven en los kibbutz) muertos’. Para mí estaba claro que Hamas invitaba a Israel a bombardear Gaza. Y estaba claro que Netanyahu iba a bombardear Gaza y destruirla totalmente. Y, de hecho, esto es lo que Israel hizo. Así que estaba claro para mí que iba a convertir a Gaza en un segundo Dresden (en referencia al bombardeo realizado por Reino Unido y Estados Unidos contra la ciudad alemana durante el 13 y el 15 de febrero de 1945, en el que se lanzaron más de 3.900 bombas y aparatos explosivos que destruyeron más de 6,5 kilómetros cuadrados del centro y murieron al menos 25 mil personas)”, dice el también activista de derechos humanos en entrevista con La Tercera.
“Los que queremos la paz entre Israel y Palestina sabemos que la guerra no va a eliminar a Hamas, sino que hará que sean aún más fuertes en la zona. Y matar a decenas de miles de palestinos inocentes no fortalecerá el llamado a la paz en la zona”, añade.
Fue por este motivo que decidió no solo hacer el artículo, sino que también escribir un libro, El camino hacia el 7 de octubre: Benjamin Netanyahu, la producción del conflicto sin fin y la degradación moral de Israel, que recientemente fue publicado en hebreo. En la primera parte de la obra se describe la relación entre Netanyahu y Hamas, a la que califica de una “historia política normal”, mientras que la segunda parte se refiere a cómo el premier ordenó a las FDI que utilizaran su poder para convertir a Gaza en un “segundo Dresden”. Y por qué esas acciones están en contra de una futura construcción de la paz. “Hubo un fuerte sentimiento de venganza en Israel en las primeras semanas. Y, por supuesto, hay una razón para ello, y pensé que Netanyahu utilizó esa venganza, proveniente incluso de personas que, en los últimos años, han estado en contra de su política. Es decir, que son de centro o de izquierda. Usó esta venganza para cometer esos crímenes en Gaza. Quiero decir, él hace lo que llamo una comunidad que participa en un crimen. Usó su política de eliminar Gaza para llevar adelante esta política de venganza. No hubo ninguna estrategia militar en el bombardeo de Gaza. Fue una política de venganza, de matar”, enfatiza.
Raz -que es investigador del Instituto Akevot para la Investigación del Conflicto Palestino-Israelí y autor de varios libros, entre ellos Saqueo de propiedades árabes en la Guerra de Independencia- explica que tanto Hamas como Netanyahu comparten un interés común. Por ejemplo, dice que antes de ser un enemigo de Israel, Hamas es un enemigo de la Organización para la Liberación de Palestina (OLP), del pueblo palestino, o de los palestinos que quieren la paz, que quieren resolver el conflicto. “Está en contra de la solución de dos Estados, y la única manera de acabar con este conflicto, de acabar con la ocupación, es dividiendo la tierra en que viven judíos y palestinos. Pero Hamas no quiere construir un Estado. No quiere modernizar Gaza”.
Por otro lado, señala que Netanyahu es un enemigo de la gente de Israel que también quiere la solución de los dos Estados. “Esta es la esencia de este ‘tango informal’ que Netanyahu y Hamas están haciendo. Caminan en contra de la solución de dos Estados y les ha ayudado. Así que están trabajando juntos en contra de aquellos que quieren operar y piden una solución de dos Estados. Esto es, en pocas palabras, la esencia de esta cooperación en los últimos 30 años, porque Netanyahu estaba en contra del proceso de Oslo III y Hamas también estaba en contra. Ahora, Hamas está llamando a una Palestina libre desde el río hasta el mar. Hay un gran problema con este llamado, porque el significado es que yo como judío israelí no tengo un lugar aquí. Está llamando a la eliminación no sólo del Estado israelí, sino del pueblo judío. El significado de su visión es el conflicto interminable”, advierte.
Gobierno hostil
A juicio de Raz, la situación actual en Israel es muy difícil y señala que es importante entender la dinámica que se produjo después de los ataques del 7 de octubre. “En los primeros tres meses las personas estaban concentrándose en su dolor. Fueron más de 1.000 los judíos israelíes asesinados. Íbamos al cementerio muy seguido. Y creo que casi medio millón de personas fueron reclutadas en el Ejército como reservistas. Así que estábamos en guerra. Y cuando la gente está en guerra, no importa si la guerra es en Gaza o es la Segunda Guerra Mundial o Vietnam o la Primera Guerra Mundial, cuando la gente está en guerra, no piensa en el otro lado. Así que había este sentimiento de venganza, y es muy difícil describirlo para la gente fuera de Israel. En ese entonces la opinión generalizada era que todo el mundo que vive en Gaza era parte de esto, que no había inocencia en Gaza. Todo el mundo estaba implicado. El significado de eso fue legitimar el uso de la fuerza extrema. Incluso, la gente que estaba en contra de Netanyahu hasta el 7 de octubre, estaba de acuerdo. Ahora, después de dos o tres meses, ha quedado claro que la mayor parte de la guerra ha terminado. En segundo lugar, la crisis humanitaria en Gaza se ha vuelto más extrema, por supuesto, pero se ha vuelto más visual. La mayoría de la gente en Israel niega el sufrimiento de los palestinos. Por desgracia, esto forma parte de la historia del conflicto. Hay una alienación entre el palestino y el judío israelí. Durante años y décadas. Así que la mayoría de la gente del centro, de la derecha, incluso una parte de la izquierda, cierra los ojos y el corazón ante el sufrimiento en Gaza. Pero creo que el sentimiento de venganza no es lo más fuerte ahora. Lo más importante es que el apoyo a la solución de dos Estados tanto en Palestina como en Israel se encuentra en lo más bajo de la historia. Lo que significa que nos alejamos mucho de la voluntad de vivir juntos o de hacer una especie de acuerdo de paz o de hacer algo bien para poner fin a este conflicto”, señala.
“Creo que esta situación nos va a afectar durante décadas. La gente en Israel todavía no está dispuesta a aceptar las cosas que sucedieron en 1948, en la Guerra de Independencia, en la Nakba, si se quiere. Es difícil para ellos aceptarlo y han pasado casi 80 años desde entonces. Así que ahora estamos hablando de 40.000 muertos, de palestinos en Gaza que van a vivir en los próximos 15, 20 años en campos de refugiados, en tiendas de campaña, como vivieron en 1949, en 1950, lo que significa que Netanyahu y Hamas realmente trabajan juntos para crear una situación de que una nueva generación de la yihad surja en Israel y en Gaza, porque, por supuesto, las personas que perdieron a sus hijos, niños que perdieron su casa, a su familia, no van a ser activistas por la paz”, sostiene.
A su juicio, la política actual de Netanyahu es convertir a Israel en lo que él llama “Estado leproso”, que no es otra cosa que una especie de paria. Raz señala que Israel es una sociedad abierta, liberal y democrática. Y se consideraba como parte de Occidente hasta el 7 de octubre, pero cree que ahora la actitud hacia el país está cambiando rápidamente en el último mes y piensa que Israel está perdiendo su posición en la escena internacional.
Respecto de la situación regional de Israel, cree que es muy pronto para saberlo. Esto, porque con países como Jordania y Egipto tienen un acuerdo de paz. Sin embargo, se muestra escéptico de que Israel firme un acuerdo de normalización de vínculos con Arabia Saudita, algo que actualmente se encuentra en negociaciones de la mano conEstados Unidos. “No creo que eso vaya a ocurrir pronto”, dice y, por otro lado, destaca el mal estado de los lazos con Turquía.
“Es casi imposible para los israelíes ir al Sinaí en Egipto, a Aqaba en Jordania, que son lugares para ir de vacaciones. Hace unas pocas semanas el gobierno advirtió que no es seguro ir ahora a Jordania o Egipto. Incluso, en países de Europa, hoy en día, no es seguro para un israelí, para un judío. Se recomienda no hablar hebreo, por ejemplo, en la calle, algo que es una situación muy difícil para un israelí. Creo que, siempre y cuando Netanyahu esté en el poder, nada va a cambiar. Y por eso estamos luchando en la calle, en manifestaciones para intentar colaborar para sacar a este gobierno hostil”, indica.
En relación al rol de la prensa en medio de este conflicto y cómo medios como Haaretz, donde Raz colabora, que tienen una postura más crítica al gobierno israelí, el historiador señala: “Haaretz es un diario de izquierda, el único del país, y desafortunadamente, los de izquierda perdimos el juego y seguimos perdiendo. Por supuesto, sabemos lo importante que es ser optimista, y estamos luchando en la calle, y vamos a manifestaciones, y escribimos, y hacemos lo que podemos. La mayoría de la gente en Israel no es de izquierda. El diario no está haciendo propaganda. La gente que escribe es, por ejemplo, el secretario de Relaciones Exteriores de Reino Unido, David Cameron, quien hace dos o tres meses escribió pidiendo a Israel que abriera las puertas a la ayuda humanitaria para entrar en Gaza. Así que no envió el artículo a Israel Hayom (Israel hoy), un periódico de derecha, sino que a Haaretz y él no es de izquierda. Así que las críticas que recibe son contra la izquierda”, concluye.