Eran las 16:08 del martes cuando el silencio se apoderó de las oficinas del Ministerio del Interior. Segundo Catril Neculqueo, trabajador mapuche que recibió un disparo en su cabeza esa mañana en un ataque en un camino rural en Lumaco, había muerto. Es la séptima persona que fallece en el año producto de los ataques en la zona roja del sur.
Según comentan en La Moneda, pocas veces se había visto a la ministra Izkia Siches tan afectada como esa tarde, mientras seguía minuto a minuto el estado de salud de Catril, con la información que le enviaban desde el Minsal. A sus cercanos les confesó la frustración que sentía, porque pese a todas las reestructuraciones y a los esfuerzos que tuvieron que hacer para implementar el estado de excepción en sus términos, un civil murió en la ruta que intentaban proteger.
“Creemos que el evento que vivimos esta semana es de la máxima gravedad. No habíamos visto un atentado directo hacia civiles como lamentablemente vimos en esta semana”, dijo durante la mañana del viernes la ministra en un punto de prensa en la tercera Comisaría de Santiago. Sus palabras desataron una ola de críticas por no considerar a víctimas históricas del conflicto. En la oposición la presión cada vez es mayor e insisten en reclamar por el “abandono” de la zona.
Pese a que minutos después Siches explicó que se refería a los meses que lleva en el cargo, la declaración aumentó la sensación de frustración en el equipo, que lucha diariamente por corregir el rumbo y evitar errores que desvíen la atención del objetivo: asumir el liderazgo político del gabinete y dejar el primer mes en el baúl de los recuerdos. El desánimo por el episodio golpeó precisamente porque este lunes debutó una nueva estructura que tiene a la abogada Ana Lya Uriarte, la exjefa de gabinete de Michelle Bachelet, como punta de lanza.
Pero en silencio
Los primeros contactos directos con Uriarte fueron en noviembre de 2021, cuando la doctora fue anunciada como jefa de campaña de Gabriel Boric para la segunda vuelta presidencial. El médico Claudio Pérez, parte del equipo que llegó con ella desde el Colegio Médico, fue quien contactó a Uriarte para consultarle algunas dudas sobre el plan de seguridad para el evento que protagonizarían Boric y Siches ante tres mil personas, el 27 de noviembre en la Plaza Maipú.
“Me empecé a comunicar con ella para ver cómo había organizado las avanzadas y los viajes presidenciales. Ella nos recomendó viajar con PPI (Protección de Personas Importantes). Le preguntábamos: ¿Ana Lya, viajamos con gente antes o vamos de una? Avanzada, respondía ella. Y también nos dio otro tipo de consejos, un día me escribió: ‘Claudio, hay una foto preciosa de Antofagasta de ustedes, pero la gente está muy cerca de Izkia, eso podría ser un problema’. Ella fue siguiendo toda la gira del Bus de la Esperanza”, cuenta Pérez.
Por eso, una vez que Siches asumió y apenas surgieron las primeras crisis en el Ministerio del Interior, su equipo de trabajo volvió a pedirle consejos a Uriarte. El asunto se fue formalizando, pero en secreto. Se concretaron reuniones semanales en La Moneda, en las que participaban Izkia Siches, Roberto Estay-entonces su jefe de gabinete- y también otros consejeros externos que trabajaron en la campaña de Boric. Todos pidieron discreción, pero sobre todo la abogada:
–Yo los asesoro, pero en silencio –les dijo.
Por lo mismo, las citas se realizaban en la madrugada, casi siempre antes de las 8 de la mañana y se preocupaban de llegar con reserva. En esas reuniones, que funcionaron con una tabla de contenidos, se abordaron diversos temas sobre la contingencia, la posición de la ministra ante las críticas y el “fuego amigo” que recibió desde el gobierno. En los encuentros se conversó también sobre los conflictos políticos, como la compleja convivencia entre las dos coaliciones que forman el gobierno y cómo manejar la situación desde su cargo.
En Interior valoraron los aportes de la abogada y le pidieron incorporarse al equipo. Pero fue Uriarte quien les advirtió que no era buena idea, porque se podía abrir otro flanco en medio de las crisis que vivía el ministerio: que empezaran a decir que el “bacheletismo” había llegado a La Moneda, cuestión que más tarde ocurriría de todas maneras.
Fuentes de gobierno aseguran que los consejos de Uriarte y el apoyo que sentía de su parte, comenzaron a ser cada vez más determinantes para Siches. Y advierten que fue otro atentado en la llamada Macrozona Sur la que le hizo acelerar los cambios en su equipo: el viernes 22 de abril el camionero Ciro Palma recibió un balazo en Ercilla. Las cosas comenzaban a escalar.
El debut
A las 8:30 de la mañana de este lunes, Roberto Estay se despidió del grupo de whatsapp del comité político ampliado. En el mismo chat dejó el teléfono de su sucesora. Y esa misma tarde, fue él quien presentó a Uriarte a los demás miembros del equipo de la cartera, quienes se habían enterado el miércoles anterior que la abogada, experta en temas ambientales, llegaría como principal refuerzo. Ese mismo miércoles, una vez que La Tercera publicó la noticia, el fichaje se convirtió en el tema del mundo político. Hasta el Presidente Boric la comentó: “Como gobierno nuestro espíritu es que cuando hay problemas, cuando cometemos errores -y parto por mí- tenemos que reconocerlos y buscar cómo solucionarlos, lo que yo veo que ha hecho nuestra ministra Izkia Siches es justamente, ante las dificultades enfrentadas, fortalecer los equipos y yo creo que esa es una muy buena noticia”.
Y si bien ella llega a fortalecer a la ministra Siches, no faltan voces que apuestan a que puede pasar al frente. Por lo mismo, al interior del gobierno valoraron la prudencia que mantuvo esta semana.
El debut fue el lunes, en los dos comités políticos. Primero sólo con los ministros y luego en el ampliado, con los presidentes de los partidos.
Uriarte se sentó a la derecha de Siches, al centro de la mesa, y tuvo una pequeña interacción para presentarse. Luego, se dedicó a tomar apuntes.
El balance de los miembros del comité político de la participación de la jefa de gabinete fue positivo. Sin embargo, su fichaje genera reparos en algunos miembros de Apruebo Dignidad, tanto por su pasado concertacionista como por su vinculación con una de las aristas por estafa en el caso Caval. Ello, debido a que la abogada hizo unos informes para la empresa de la exnuera de Bachelet en 2012. También mantiene algunos roces con representantes de partidos de la ex Nueva Mayoría, principalmente, en la DC.
Cambio de imagen
El cambio en el equipo de Interior vino acompañado de una modificación en el estilo de la propia ministra. La evaluación fue que la forma coloquial, quizás más espontánea de Siches -imitando el registro de un “Presidente sin corbata”- fue negativa. Se decidió, entonces, caminar hacia una línea más sobria, cuestión que se refleja en el look de la ministra. Lo mismo en su forma de referirse a la opinión pública, asunto para el cual ha recibido entrenamiento de la periodista Tania Santis, jefa de comunicaciones del Ministerio de Desarrollo Social y experta en coaching neurolingüístico. A eso se suma que el lunes se integró al equipo la periodista Vanessa Azócar, nueva directora de Comunicaciones.
Más allá de lo comunicacional, en el gabinete coinciden en que donde más ha tenido problemas, ha sido con el conflicto en la Macrozona Sur, tanto con lo que ocurre en terreno como en la elección de las personas idóneas para asesorar.
Desde las primeras semanas hubo tensión entre el equipo de Siches y Salvador Millaleo, coordinador de Asuntos Indígenas, que renunció a su cargo el 29 de abril. Él y el asesor Rubén Sánchez Curihuentro habían sido designados directamente por Presidencia, cuestión que complicó el panorama: no podía ser que el encargado de los temas de la Macrozona Sur no tuviese una buena relación con la ministra del Interior. Por eso, en la crítica interna, dicen que en esos dos meses la estrategia inicial quedó “empantanada” y que no se logró generar lazos reales con la zona en conflicto. En el cargo de Millaleo llegó Víctor Ramos, dirigente político de Convergencia Social, cercano a Boric.
Pero el cambio más trascendental fue la decisión de reactivar el estado de emergencia para proteger las rutas. Desde las reuniones de instalación en la Universidad de Santiago durante febrero, cuando Siches se juntó con los cuerpos policiales de la zona y también con todas las ramas de las Fuerzas Armadas, la conclusión unánime fue que debían reforzar y dotar de más herramientas a las policías, pero que no era necesario prolongar el estado de excepción. Eso hasta que el paro de camioneros, y el disparo que recibió Ciro Palma, obligaron al gobierno a llegar a soluciones concretas para resguardar las rutas, como el estado intermedio, proyecto que finalmente no concitó el apoyo en su propia coalición para ser impulsado en el Congreso, por lo que el Presidente debió acudir a la herramienta constitucional.
La conclusión fue que se necesitaban más carabineros controlando la zona y que proteger las rutas con militares liberaba a los policías para realizar otras acciones.
En esa línea, el asesor en temas de seguridad, Alejandro Urquízar (PC), quien también se incorporó en el camino, formó la mesa de evaluación del estado de excepción junto a la ministra Siches, en la cual participan junto a las policías, el ministerio de Defensa, y las Fuerzas Armadas. “La idea es que exista una comunicación real para lograr avances en este periodo”, explican fuentes de gobierno.
La primera de esas reuniones se realizó el jueves y lo más probable es que mañana se anuncie la prolongación del estado de excepción, aunque, acotado a la protección de rutas.
De todas formas, en el ministerio siguen pensando que la solución de fondo no son los militares, sino que el diálogo, pero que para eso se necesita tiempo y estabilidad. En esa línea, Francisco Reyes y Gabriela España, que antes conformaban el equipo de Millaleo, tienen conversaciones periódicas con el Centro Nansen para la Paz y el Diálogo, que dirige Alfredo Zamudio. En ese trabajo han realizado viajes y jornadas para caracterizar a más de 500 comunidades de la zona. A ese trabajo ahora se sumarán observadores de las Naciones Unidas.
Ante toda la contingencia, que se suma a la cuenta pública presidencial del miércoles, es que Siches ha intentado tomar un rol más político, liderando al gabinete -esta semana realizó bilaterales con todos los ministros y encabezó la reunión ministerial del viernes-, además de encuentros con diferentes actores de los conflictos, como los empresarios forestales. Mientras, el encargado de ir a terreno es el subsecretario del Interior, Manuel Monsalve, quien esta semana viajó a La Araucanía, tras el fallecimiento de Segundo Catril.
El objetivo es que Siches pueda preocuparse de otras metas, como la creación del Ministerio de Seguridad, un proyecto que es prioritario, en el que continuará trabajando Roberto Estay, quien mantendrá varias tareas en la cartera.
De hecho, Estay ni siquiera cambió de oficina: Ana Lya Uriarte optó por un espacio más discreto, donde antes se realizaban las reuniones de asesores.