Eran las 11 horas del miércoles 19 de abril cuando, mientras miraba en su celular su cuenta de Twitter, el senador y presidente de la UDI, Javier Macaya, se encontró con una publicación que lo alertó a él y a todo Chile Vamos. Se trataba de una nueva arremetida del Partido Republicano en plena campaña electoral, pero esta vez del propio líder y excandidato presidencial José Antonio Kast, quien hacía alusión a unos dichos del presidente de RN, Francisco Chahuán, en los que había asegurado que la coalición estaba disponible a la posibilidad de un órgano estatal que pagara las pensiones.
Aunque más tarde el senador RN salió a aclarar sus dichos, el fundador del Partido Republicano publicó en su Twitter una encuesta: “¿Están de acuerdo con la propuesta de Chile Vamos de que los ahorros de los chilenos sean administrados por el Estado?” Macaya, que hasta ese minuto había evitado enfrascarse en discusiones públicas con los miembros de ese partido, lo hizo por primera vez: “Qué pena caer en la MENTIRA. Esa propuesta no existe”, le respondió a Kast.
La respuesta -a la que luego se sumaron en bloque dirigentes y parlamentarios de Chile Vamos acusando a los republicanos de “guerra sucia”- fue el clímax de una fractura entre las fuerzas de derecha y que ha marcado la reñida campaña entre ambos bloques de cara a la elección de consejeros constitucionales.
Las tensas relaciones entre el Partido Republicano y Chile Vamos -sobre todo la UDI- han empañado un escenario electoral que se avizora optimista para la oposición. Hasta esta semana los cálculos iban así: en el pacto Chile Seguro (UDI-RN-Evópoli) piensan sacar entre 10 y 14 consejeros constitucionales. RN tendría entre ocho y 10; la UDI, entre cuatro y seis, y Evópoli, hasta dos. En republicanos, en tanto, que en su momento apostaba a lograr cerca de seis cupos, hoy día estarían sacando entre cinco y 10, pero el desafío real es lograr 15.
Sumadas todas las apuestas, el cuadro final revela que la oposición sacaría más de la mitad del Consejo Constitucional: cerca de 30 integrantes de un total de 50. Ello obligaría a que tanto Chile Vamos como el Partido Republicano se enfrenten al momento de definir qué tipo de relaciones piensan establecer, considerando que en el órgano constituyente se requiere un quórum de 3/5 (30 consejeros) para hacer los cambios.
Una discusión que se viene compleja entre las dos almas de la derecha, porque si bien existe disposición para hacerle cambios a la nueva Constitución -en temas como sistema político o seguridad-, hay materias en las que ambos sectores no se ponen de acuerdo, como los temas valóricos.
Problema de forma
El desmarque de republicanos del pacto constituyente del 12 de diciembre del año pasado y los votos en contra de la reforma constitucional que permitían dicho acuerdo marcaron el principio del fin de una convivencia amistosa. Una que se había dado en la primera elección de convencionales, cuando fueron con Chile Vamos en lista conjunta. Que siguió en la elección parlamentaria y presidencial de 2021 cuando, pese a que Sebastián Sichel era el candidato de Chile Vamos, hubo algunos miembros de la UDI que se descolgaron de él y fueron a votar por Kast para después sumarse en bloque a votar por este en segunda vuelta.
Después de eso y con los diálogos que el Ejecutivo ha entablado con un sector de la oposición, no han sido pocos los emplazamientos del Partido Republicano a sus pares opositores de Chile Vamos en votaciones legislativas y discusiones de la contingencia nacional. Hoy, más que una relación compleja, en ambas fuerzas políticas reconocen que no existe relación, más allá de algunas acciones en conjunto como las fiscalizaciones al gobierno desde el Congreso.
-Es evidente que nosotros tenemos un estilo distinto de hacer política -dice el presidente de la UDI, Javier Macaya.
Para él, las tensiones se dan porque hoy ambas colectividades están en lógicas distintas:
-En republicanos han aprovechado esta elección para posicionar a su partido, nosotros queremos ser una derecha seria, que sea sinónimo de gobernabilidad. Y dar gobernabilidad significa cumplir la palabra empeñada y cerrar el ciclo constituyente.
La impronta por hacer crecer la marca republicana y desmarcarse de la “otra derecha”, transmiten en Chile Vamos, se ha notado en episodios concretos que son clave para entender por qué las cosas llegaron a este punto. Una de ellas fue la votación en contra de la acusación constitucional a la exministra de Justicia Marcela Ríos, a propósito de los indultados del gobierno -el exfrentista Jorge Mateluna y los 12 condenados por delitos en el contexto del estallido social-. La iniciativa presentada a finales de enero por parlamentarios de la UDI, RN y Evópoli obtuvo solo 49 votos a favor, uno de los libelos en contra de un ministro de Estado con respaldo más bajo. Aparte del oficialismo, los desmarques también vinieron desde los diputados del Partido Republicano, quienes argumentaban que su voto en contra se debía a que debía ser el Presidente el acusado constitucionalmente y no una ministra.
En Chile Vamos vieron esa decisión como una manera de distanciarse de ellos más que un tema ideológico, lo que finalmente terminó siendo la antesala de otro hito importante que marcó la división de las derechas: inscribir pactos separados para esta elección.
La decepción de la UDI
La mañana del viernes, el senador Javier Macaya se reunió con su grupo de consejeros gremialistas a quienes escucha en momentos complejos. Entre ellos estaba su mentor político y exministro del Interior Andrés Chadwick, el expresidente de la UDI Ernesto Silva y el analista político y académico Gonzalo Müller. El objetivo de la cita era abordar el escenario electoral de la colectividad, pero también la preocupación que existe ante un abultado triunfo de los republicanos.
En ese partido, la inquietud por el avance de la colectividad fundada por José Antonio Kast es mayor que en RN y Evópoli. Mal que mal, el hermano de Kast es un ícono de la UDI, el propio José Antonio fue secretario general y parlamentario del partido y el presidente de los republicanos hoy también fue diputado UDI. Es decir, la línea divisoria es más difusa que la que tienen los demás partidos de Chile Vamos, y de ahí el temor a que salga desfavorecido en la elección de hoy. Es la tesis que también tiene el expresidente gremialista Pablo Longueira, quien la dio a conocer en un análisis interno realizado este viernes a los militantes. De hecho, él era uno de los partidarios de que para esta elección el partido agotara todos los esfuerzos para ir en una sola lista con el lote de Kast.
Pero no fue así. Y mientras Chile Vamos apostó por mostrarse como una oposición constructiva con el gobierno -aun cuando se haya ido endureciendo a medida que se acerca la elección-, los republicanos tomaron otro rumbo.
Tras un silencioso recorrido de Kast por el país a principios de este año, donde visitó región por región, participando en medios locales y generando lazos con los territorios, el Partido Republicano ha asumido la cara más crítica con el gobierno y, además, ha puesto al excandidato presidencial en el centro de esta elección.
Eso, resienten en la UDI, es algo que ha generado no solo una personificación de la campaña, sino que también una puesta en escena para diferenciarse políticamente. De ahí, se quejan, que a veces los ataques han sido más para ellos que para el propio gobierno.
-El 80% de sus recursos de redes sociales van en contra nuestra en vez de contra la izquierda. Nosotros le estamos dando la pelea al gobierno y ellos nos están dando la pelea a nosotros, especialmente a la UDI, y eso es poco responsable con Chile -dice un miembro del partido.
-Pensamos que la campaña iba a ser un poco más civilizada y que iban a tener un poquito más de cariño por el lugar de donde vienen -añade otro parlamentario de la UDI, aludiendo a la casa de origen del partido de Kast.
La conversación pendiente
Una de las señales que será clave en la elección de hoy serán los discursos una vez conocidos los resultados. Chile Vamos se reunirá en el hotel Best Western Marina Las Condes, y los republicanos esperarán en su sede en la Av. Presidente Kennedy.
Uno de los gestos que harán la UDI, RN y Evópoli es un llamado a concretar el proceso constitucional para dar vuelta la página y tener una vocación de mayoría como sectores.
En el Partido Republicano también se espera que Kast hable esa misma noche, y hasta ahora el ánimo en ese partido es buscar acuerdos, lejos de la idea de mantener la actual Constitución a toda costa.
-Obviamente hay temas que queremos mantener, pero es un mito que queremos dejarla como está -dice un miembro del partido.
Más allá de los resultados de esta noche, en ambas derechas comentan que se deben una conversación. Especialmente, porque, hasta ahora, en la Comisión de Expertos el único representante del Partido Republicano, el abogado y exmiembro de la Fundación Jaime Guzmán, Carlos Frontaura, ha llevado una buena relación con el resto de los miembros de Chile Vamos.
Su figura, que es transversalmente respetada al interior de la Comisión, podría ser clave para recomponer las confianzas entre ambas fuerzas opositoras. Sin embargo, hasta ahora en Chile Vamos son claros en decir que no ha habido conversaciones -ni formales ni informales- sobre cómo será la relación al interior del Consejo. Al contrario, los diálogos han sido en ocasiones tensos, como un mensaje que el brazo derecho de Kast, Cristián Valenzuela, envió al diputado Diego Schalper (RN) en reclamo a las críticas de Chile Vamos al líder de los republicanos.
-Tal como ha sido en el trabajo legislativo en gran parte de las materias, muy probablemente nuestros consejeros van a coincidir y es natural que exista un trabajo conjunto, y eso es bueno. Por eso es importante cuidar las formas en que esta se da -dice el presidente del Partido Republicano, Arturo Squella.
En Chile Vamos sostienen que todo dependerá de qué candidatos salgan electos, ya que hay algunos con una actitud “más dialogante” -como Luis Silva y Macarena Bravo en la RM-, mientras que hay otros de los cuales no conocen sus posturas, como Jorge Ossandón, quien compite por la misma zona.
-Usar el Consejo como una plataforma para una discusión ideológica coyuntural sería un error y eso aplica para todos -dice un dirigente de la centroderecha.
El escenario que quieren plantear en Chile Vamos es que si el resultado de hoy es favorable para la oposición, esto representaría una oportunidad para avanzar hacia una Constitución que -”sin ser a lo Daniel Stingo”, como dicen ellos- establezca principios en que las mayorías estén de acuerdo.
-Ahí lo más probable es que parte de republicanos acceda a eso y otros no. Pero con más de ocho consejeros electos no te puedes dar el gusto de criticarlo todo, tienes un mayor nivel de responsabilidad -dice un dirigente de la centroderecha.
Lo que sí, añade el subjefe de la bancada de los republicanos, Agustín Romero, es que para sentarse a recomponer relaciones con la centroderecha, los republicanos van a exigir que se respeten sus convicciones.
-Queremos que se respete al Partido Republicano de una vez por todas. No como se hizo en el acuerdo constitucional, que pasan por arriba de nosotros y nos imponen acuerdos. Eso no puede ser. Pero acuerdos siempre vamos a poder llegar -sostiene.
La mayor aprensión, dicen en Chile Vamos, es desaprovechar la oportunidad de cerrar el ciclo constituyente y que se genere un escenario conflictuado en la derecha. En republicanos también están conscientes:
-Después del domingo somos todos amigos-, dice un militante del partido de Kast.