En medio de las crecientes denuncias de fraude electoral por parte de la oposición venezolana, Andrés Izarra, un destacado exministro del chavismo, se ha convertido en uno de los críticos más vocales del régimen de Nicolás Maduro. El Centro Nacional Electoral (CNE) proclamó a Maduro como ganador de las recientes elecciones presidenciales con un 51,20% de los votos, sin mostrar las actas, intensificando el escrutinio internacional sobre la transparencia del proceso.
Izarra, de 55 años, se formó como periodista antes de entrar a la política. En 2004 fue nombrado ministro de Comunicación e Información por el expresidente Hugo Chávez, período en el que fomentó la expansión de la propaganda estatal. En 2005, salió del ministerio para presidir Telesur, el canal que Chávez promovió y en buena medida financió para llevar su visión bolivariana más allá de Venezuela. Previamente, entre 2004 y 2005 también fue presidente de Venezolana de Televisión. Regresó al cargo en la misma cartera en 2008 y nuevamente en 2010.
Está casado desde 2005 con Isabel González Capriles, hijastra del opositor Antonio Ledezma, exalcalde de Caracas exiliado en Madrid. La relación familiar provocó cuestionamientos en su momento sobre si Izarra era más leal a su familia que a la ideología chavista, según recuerda la revista Semana.
En 2013 fue nombrado ministro de Turismo por Maduro, pero en 2015, debido a diferencias ideológicas y acusaciones de traición a la patria, corrupción y conspiración, decidió exiliarse en Berlín, Alemania. Desde allí ha continuado su activismo contra el régimen, denunciando la represión y la corrupción militar. En entrevista con La Tercera, Izarra se refirió al polémico proceso electoral, al papel de las Fuerzas Armadas, a la presión ciudadana en las calles, a la represión ordenada por el régimen y a la inédita crisis diplomática simultánea con siete países de la región que cuestionaron la transparencia y limpieza de los comicios del pasado 28 de julio, entre ellos Chile.
Tras los resultados del CNE que dieron como ganador a Maduro, ¿cómo ve usted esta situación en el corto plazo?
Aquí se trata de algo muy simple. O sea, hubo un acto electoral, por lo tanto, presenten las actas. Cada mesa emite un acta de votación donde expresa la voluntad del pueblo, cuántos votos sacó cada candidato. A este momento, el gobierno, el CNE, no han presentado las actas. No solamente dieron unos resultados, sino que, además, proclamaron a Maduro presidente cuando no han aparecido las actas. Lo único que está pidiendo el pueblo venezolano que está en la calle en protesta es que presenten las actas. Pero como hay un fraude electoral, y el gobierno sabe que está haciendo un fraude, es decir, hay un autogolpe electoral en marcha que tiene su origen en el fraude electoral y que está apoyado en el factor militar y en la propaganda, básicamente eso es lo que ellos están tratando de consolidar. Usted ve que ellos ahora no están hablando de las actas. El gobierno está en un esfuerzo ahora de decir que las protestas que están en la calle son parte de un golpe de Estado del imperialismo y de la derecha fascista para hacerse del poder. Lo mismo de siempre. Lo único que el pueblo venezolano está pidiendo es que presenten las actas. Nada más. La oposición venezolana pudo obtener un 73% de la copia de sus actas. Y las publicó en el portal web a la disposición y a la vista de todos. Y ese resultado niega el resultado oficial, o el anuncio oficial que hizo el presidente del CNE, que es parte del complot del autogolpe electoral. Y ese resultado, a la vista de todos, publicado en un portal, le da a Edmundo González el 67% del voto, 6,2 millones de votos. Y el candidato Maduro ni siquiera llega a tres millones de votos. Llega a 2,7 millones, con el 29%. El candidato de oposición más que lo duplica al Presidente venezolano, al dictador, porque ya se ha convertido en un dictador. Maduro hizo lo que Pinochet no se atrevió a hacer. Y eso es lo que estamos enfrentando. Un fraude electoral descomunal. Y por eso es tan importante, simplemente, que presenten las actas. Que es lo que ellos no están haciendo. No lo pueden hacer porque no las tienen. O las tienen, pero no pueden confesar su fraude, porque se caerían.
¿Ve posible que el gobierno de Maduro pueda resistir la presión internacional?
No hay presión internacional que acabe con un gobierno. Eso no existe. Eso no aplicó en Chile, no aplicó en Haití, no aplicó en Zimbabue, no aplica en ningún lado. La única presión que puede funcionar es la presión del pueblo venezolano que está en la calle ahora. En este momento, está el pueblo venezolano en todo el país, en las zonas populares, en la zona rural, protestando porque muestren las actas. Porque al pueblo venezolano, el gobierno fascista y dictatorial de Maduro le ha quitado todo. Le quitó el salario, le quitó sus beneficios laborales, le quitó la educación pública, le quitó el transporte público. El éxodo venezolano de nueve millones de personas no es gratis, de los cuales ustedes generosamente tienen varios cientos de miles de venezolanos. Pero, ¿por qué Venezuela fue cobijo de la migración chilena que huía de la dictadura y ahora se revirtió? Bueno, porque nosotros estamos huyendo de una dictadura. Exactamente es lo que está pasando. El pueblo venezolano lo que está defendiendo es lo que le queda, que es su derecho a votar, a darse al gobernante que quiere. El último derecho que le queda al venezolano es el derecho a votar. Y hasta eso el gobierno de Maduro está intentando conculcarles.
¿Ve posible que Maduro pudiera dar su brazo a torcer y negociar su salida con la oposición?
Ellos saldrán en base a la fuerza de la presión. Como todo. Y obviamente, si se produce un quiebre en la Fuerza Armada, eso es lo que está por verse.
¿Cree que las Fuerzas Armadas lo van a seguir acompañando o van a alinearse con la gente que protesta en la calle?
El alto mando militar es aliado de todas las tropelías. Y de todos los negocios, la corrupción, etcétera, del gobierno madurista. Pero eso no es toda la Fuerza Armada. Nosotros tenemos fe en los mandos que estuvieron acompañando el proceso electoral. Porque en Venezuela el proceso electoral lo custodia la Fuerza Armada a través de un plan llamado Plan República. La Fuerza Armada está en los centros electorales custodiando el voto. Los militares venezolanos saben qué pasó. Ellos saben los resultados de todas las mesas, porque ellos estuvieron en el proceso. Custodiaron el proceso y saben que Edmundo González ganó la elección. Que Nicolás Maduro perdió y está tratando de imponerse con un golpe de Estado en este momento. Ahora, bueno, está por verse si esos mandos bajos y medios están dispuestos a avalar esto. O si van a poder pronunciarse de alguna forma. O si va a haber un quiebre. Eso es lo que está en disputa en este momento.
¿Ve quiebres en el régimen?
Se sostiene sobre las bayonetas como lo hizo Pinochet. Es una dictadura. O sea, el gobierno de Maduro no tiene apoyo popular. El gobierno de Maduro se sostiene sobre las bayonetas, sobre la represión. Ese es el sustento del gobierno de Maduro. No tiene ninguna legitimidad de origen.
¿Cómo explica usted el retroceso del chavismo?
El chavismo no ha caído. Si usted ve las encuestas en Venezuela, Hugo Chávez sigue siendo el político de mayor favor popular en todas las encuestas. El madurismo, que es lo que está en el poder, no es chavismo. Es la traición al proyecto chavista, como ocurrió en tantas otras revoluciones. Como ocurrió, no sé, con Trotsky y Stalin, para poner un ejemplo, digamos, muy conocido en la historia. El proyecto madurista no tiene nada que ver con el proyecto chavista. El proyecto chavista alzaba las banderas del socialismo. El proyecto madurista es un proyecto neoliberal. El proyecto chavista alzaba las banderas de la democracia radical, de la democracia popular. El gobierno madurista es un gobierno dictatorial. El gobierno chavista tenía políticas de apoyo social, políticas de educación pública, de superación de la pobreza. El gobierno madurista tiene hoy la desigualdad más grande de todo el continente. Lo que gobierna en Venezuela, si bien tiene su origen, por una coyuntura producto de la enfermedad del Presidente Chávez, en el chavismo, y esa élite viene de ocupar puestos en el chavismo, no es un gobierno chavista. Es un gobierno madurista.
Considerando el presente de líderes opositores como Henrique Capriles o Juan Guaidó, ¿qué cree usted que podría pasar ahora con María Corina Machado y con Edmundo González? ¿Podrían ser arrestados, exiliados o, en el caso de González, ser inhabilitados para cargos públicos?
Todo eso está en juego ahora. A ver qué se atreven ellos a hacer. Todo eso está ahora precisamente en disputa. Y bueno, vemos que hay una ola represiva en marcha. Están poniendo presa a gente a diestra y siniestra. A los exiliados y refugiados políticos en la embajada de Argentina se les cortó la electricidad como parte del asedio. Intentaron ingresar para llevarse presa a la gente que está ahí refugiada. Entonces, todo lo que tuvo de la dictadura de Pinochet lo tenemos nosotros ahorita.
¿Qué dice de Maduro el acto de haber ordenado el cierre de algunas embajadas y consulados venezolanos respecto de las consecuencias para sus compatriotas en esos países?
A Maduro no le importa eso. Lo único que le importa es su suerte y la de su grupo político y sus negocios. Eso es lo único que a Maduro le interesa. A él no le interesa la suerte del pueblo venezolano en lo más mínimo.
¿Cree que Maduro esté abandonando a su pueblo con esta decisión?
Maduro ya abandonó el pueblo hace mucho tiempo. A él no le importa absolutamente nada de lo que pase con el pueblo venezolano.
¿Venezuela podría convertirse en algo parecido a Nicaragua?
Ya está camino a eso, claro. O peor.
¿Qué tan enquistado está el crimen organizado en el régimen? Se lo pregunto por las acusaciones respecto de los supuestos vínculos entre el diputado Diosdado Cabello, “número dos del chavismo”, con el Cartel de los Soles.
Bueno, hay una orden de recompensa por parte de la DEA y del FBI contra los jefes del gobierno venezolano por tráfico de drogas, no solamente incluido Diosdado Cabello, sino al propio Presidente de la República, sobre el premio de una recompensa de 15 millones de dólares por su involucramiento en el tráfico de drogas y otros personajes que son parte de la élite del gobierno.
Usted escribió en X que “Maduro va a caer”. ¿Alguna vez ha sentido miedo, aunque esté en Berlín, respecto de dar su opinión abiertamente en redes sociales?
Sobre mí penden todas las acusaciones y cargos políticos que existen. El gobierno me acusa a mí de traición a la patria, asociación para delinquir, conspiración y no sé cuántos cargos más. Y bueno, esa es la lucha política, pues. Estamos en la pelea.