La crisis que sufre Perú ha remecido a todos los sectores políticos y sociales del país. A las masivas protestas que han tenido lugar en distintas ciudades tras la destitución el lunes de Martín Vizcarra y el abrupto arribo a la Presidencia del titular del Congreso, Manuel Merino, se agrega ahora un ingrediente extra: la figura de Antauro Humala, el hermano menor del expresidente Ollanta Humala (2011-2016), quien se encuentra preso por la toma de una comisaría en 2005.
Vizcarra fue destituido producto de una moción de vacancia por “incapacidad moral” impulsada por el partido Unión Por el Perú, cuyo máximo aliado es el Frente Patriótico liderado por Antauro desde la cárcel, y que encontró eco en otras bancadas. Si bien en un primer momento se pensó que la salida de Vizcarra, acusado de haber recibido US$ 630 mil en sobornos cuando era gobernador de Moquegua, sería menos traumático, las protestas han puesto una enorme presión a Merino, del centrista Acción Popular y resistido por muchos, al igual que el Congreso.
En este ambiente de alta polarización, han surgido voces, tanto de políticos como de analistas, que han sugerido que Unión Por el Perú podría pasarle la cuenta a Merino y exigirle un indulto para Antauro, que terminaría de cumplir su pena en enero de 2024, luego de que en 2011 se la rebajaran a 19 años, de los 25 originales. La idea, señalan, sería posicionar al exmilitar etnocacerista en una figura presidenciable, debido a su popularidad en ciertos sectores, para los comicios del 11 de abril del próximo año. Incluso, se especula que estas elecciones podrían ser postergadas en el contexto de la pandemia, lo que le daría más margen al hermano de Ollanta.
Toda esta idea se instaló luego de que en octubre pasado el diario Perú.21 revelara un audio de una charla virtual que mantuvo Antauro Humala desde el penal Piedras Gordas con miembros del Frente Patriótico, en la que participaron congresistas de UPP. “Es necesario que la gente vaya saliendo a exigir mi libertad. En paralelo a esto de la vacancia ya. ‘Antauro libertad. Vacancia ya’, y respaldar al presidente del Congreso y también a nuestro partido”, manifestó.
“Nosotros quisimos dejar en claro que ciertamente Merino tendría deudas que pagar y que la principal deuda, en el caso de UPP, sería la de indultar a Antauro, que es por lo que viene peleando hace mucho tiempo en los tribunales, sin ningún éxito. No tenemos ninguna evidencia de que así sería. Se trataba un poco de alertar. En segundo lugar, como Antauro quiere ser Presidente, probablemente van a querer alterar el calendario electoral para permitirle una salida de la cárcel y, en segundo lugar, inscribirse para poder ser candidato”, dice en conversación con La Tercera Gino Costa, congresista por el Partido Morado. Costa votó en contra de la vacancia presidencial.
El vocero de Unión Por el Perú, José Vega, ha señalado que la “liberación de Antauro está en curso”. “Antauro tiene un proceso administrativo que tiene que ver con una pena cumplida con retención y con ello han debido darle libertad hace mucho rato, pero el gobierno de Vizcarra tenía miedo y sabe muy bien que si él salía, nosotros íbamos a estas elecciones con él y juntos ganábamos en primera vuelta”, dijo en conversación con La Tercera.
Incluso, la nueva ministra de Justicia, Delia Muñoz -que asumió el jueves- tuvo que referirse al tema de Antauro al sostener que “no procede” un eventual indulto. “Nuestra posición es que, en el caso del señor Humala, no encontramos un sentido para estar hablando de indulto. Consideramos que las normas internacionales, nacionales y del sistema interamericano no admiten un indulto en determinado tipo de situaciones”, advirtió. Sin embargo, en Perú el escenario es tan frágil, que nada se puede descartar.
El “Andahuaylazo”
Para muchos observadores del acontecer político en Perú no deja de sorprender el resurgimiento de Antauro Humala, de 57 años. Es precisamente su discurso radical, populista y antisistema lo que podría llenar ciertos vacíos provocados por la crisis permanente que sufre el país.
“Es claramente un antisistema, con un discurso radical de izquierda conservadora, con rasgos fascistoides y con promesas de mano dura, militarista y un discurso refundacional con un radicalismo extremo. Finalmente, él encumbró una rebelión militar contra un gobierno democrático (el de Alejandro Toledo). Es nuestra extrema izquierda peruana, pero no solo en lo económico, sino que también en lo social”, indica a La Tercera el analista peruano de la Universidad Diego Portales, Carlos Meléndez.
Los peruanos conocieron a los Humala en octubre de 2000, cuando Ollanta y Antauro, entonces miembros del Ejército, lideraron un fallido levantamiento militar en Locumba (Tacna) contra el régimen de Alberto Fujimori (1990-2000), que vivía sus últimos días. Para algunos analistas, la acción habría sido una maniobra para encubrir la fuga de Vladimiro Montesinos, el temido asesor de Fujimori, algo que los Humala niegan.
Por ese entonces, Antauro y Ollanta, que es un año mayor, eran muy unidos. Sin embargo, la vida de ambos tomaron rutas opuestas: mientras Ollanta ingresó a la arena política con un partido propio de corte nacionalista, su hermano se dedicó a planificar acciones subversivas, que en 2005 le costaron una condena a 25 años de prisión.
El 1 de enero de ese año, Antauro dirigió a un grupo de 150 reservistas del Ejército en la toma de un cuartel policial en la localidad de Andahuaylas, una acción cuyo fin era exigir la renuncia de Alejandro Toledo (2001-2006). La asonada, que les costó la vida a cuatro policías, ocurrió apenas dos días después del paso a retiro de Ollanta.
Antauro ha dicho que “lo de la comisaría fue una orden expresa del comandante Ollanta”, mientras que el exmandatario ha negado una y otra vez su supuesto rol durante el “Andahuaylazo”.
Ollanta Humala ha reconocido que mantiene diferencias políticas con Antauro y Ulises, su hermano mayor. A ojos de Isaac Humala, el jefe del clan, Ollanta nunca hizo nada para ayudar a su hermano cuando era Presidente. Por eso, no ha ocultado que su proyecto etnocacerista debería algún día llegar a puerto con Antauro a la cabeza.
En su momento, Antauro se afianzó como líder del etnocacerismo, movimiento radical y antichileno ideado por Isaac, el patriarca de los Humala. Su filosofía (referencia a lo étnico y a Andrés Avelino Cáceres, quien dirigió la resistencia contra la invasión chilena en la Guerra del Pacífico) está repleta de elementos radicales y controvertidos, que para algunos analistas son peligrosos, mientras que otros consideran que son meramente “pintorescos”.
¿Carta presidencial?
La primera pista de la popularidad que pueda tener Antauro la dieron las elecciones de congresistas en enero pasado, cuando el partido Unión Por el Perú consiguió 13 escaños. “No tiene necesariamente una popularidad para ser Presidente, pero sí tiene una popularidad ganada que le puede dar un porcentaje importante en una contienda fragmentada. De hecho, en la última elección parlamentaria de enero, él fue cabeza de lista del partido Unión Por el Perú, aunque luego el Jurado Nacional de Elecciones tachó de inviable su candidatura. Se hizo campaña con su nombre, al punto que ese partido fue uno de los más votados en este escenario fragmentado”, sostiene Meléndez. “Su respaldo se encuentra sobre todo en el sur del país. Él tiene un bastión electoral en ese sector, que tradicionalmente es un sector más radical, más antisistema, más de izquierda”, añade.
En todo caso, el mismo Antauro ha ayudado a alimentar la idea de una posible candidatura: “Lo que sí sé es que yo ordené que el Partido Etnocacerista esté dentro del Frente Patriótico y como Frente Patriótico vamos a enfrentar las elecciones del 2021 conmigo ya libre, porque ya mi liberación es inexorable este año por pena cumplida por redención. Eso ya es inexorable”, dijo en el audio.
“Él es candidato presidencial hace mucho tiempo. El pueblo lo reconoce como tal”, dice a La Tercera Carlos Repetto, vocero de Antauro Humala, quien reconoce que ve difícil una candidatura ahora, porque para ello debería ser liberado antes del 9 de diciembre, que es cuando se cierran las listas para los comicios de abril.
Ollanta no ha querido quedarse al margen de este debate y el martes, en medio de las marchas contra Merino, señaló que a su hermano lo “están agarrando de tonto útil”.